lunes, 16 de noviembre de 2009

DURMIENDO CON SU ENEMIGO.

El partido está fuerte y unido, no existe ninguna fisura, el enemigo a batir es el PP, el enemigo a batir es el PSOE.

Este discurso tan manido , tan en boga en los últimos días y repetido hasta la saciedad, a mi modo de ver es un argumento muy pobre, el cual considero que convence a muy pocos, por no decir que solo convence a los mismos interesados.

El verdadero enemigo está dentro de los mismos partidos, y es el conjunto de todos aquellos que la única visión que tienen de la política es la de que es un chollo, a estos individuos no le mueve ninguna ideología, ni principios, ni valores, a estos elementos, solo les mueve su interés personal.

En los procesos electorales, siempre se habla de superar la barrera del 70% de participación, para considerar que han sido un éxito, una abstención del 30% o superior no deslegitima el plebiscito, pero siembra dudas.

En valores porcentuales el dato parece minimizarse, pero si hablamos en valores absolutos y tomamos como referencia unas elecciones generales, un 30% de abstención, puede suponer que entre nueve y diez millones de ciudadanos no han acudido a las urnas, y si lo expresamos en cifras se ve más claro: entre 9.000.000 y 10.000.000 de ciudadanos no acuden a las urnas.

En cada proceso electoral se nos recuerda que el voto es un derecho y una obligación de todos los ciudadanos, lo que no se dice tanto es que también es un ejercicio de libertad, y como precisamente de eso se trata, de elegir libremente una opción política, ¿no es posible que no haya ninguna válida para ese conjunto de ciudadanos?.

Diariamente se nos ofertan productos y servicios de toda índole, y diariamente ejercemos libremente el adquirirlos ó no, es la ley de la oferta y la demanda, los ciudadanos demandamos y las empresas nos ofertan, otra cosa es que el producto o servicio cumpla nuestras necesidades ó expectativas, y ahí está la clave del éxito de una empresa, satisfacer a un mayor número de clientes.

Que entre nueve y diez millones de españoles no acudan a las urnas, es algo que debería preocupar en demasía a los partidos políticos, sobre los motivos de la abstención se hacen diversas lecturas, pero nunca se hace referencia a la que utilizan la mayoría de los ciudadanos de a pie y es la de que ninguno les convence y que son todos iguales, así pues están las cosas y los políticos no quieren enterarse.

No hace mucho, en una asamblea y en el punto del orden del día referente a altas y bajas de militantes, un dirigente político dijo que las bajas por defunción no le preocupaban, si lamentaba el fallecimiento de la persona, lo que si realmente le preocupaba eran las bajas voluntarias y que le gustaría saber los motivos por los cuales esa gente abandonaba la formación política, realmente me hizo gracia la observación, pues se interesaba por la situación a toro pasado cuando el punto de retorno ya se había sobrepasado, esas personas se habían ido totalmente desencantadas y no volverían a integrarse en la formación y posiblemente en ninguna otra.

Mientras tanto otros siguen dentro de las formaciones, desencantados eso sí, pero sustentados en sus principios y valores ideológicos y con la esperanza de que las cosas cambien algún día no muy lejano.

Si los partidos políticos quisieran saber en realidad la opinión de esos nueve o diez millones de ciudadanos que no acuden a las urnas, lo tienen muy sencillo, en lugar de asambleas, congresos y otros actos la mayoría de las veces inútiles, pueden hacer una encuesta anónima entre sus militantes y seguro que obtendrían respuestas muy interesantes y quizás la solución para evitar el descontento y la abstención, y no digo ninguna barbaridad, hay empresas que hacen encuestas entre sus empleados y clientes para conseguir mejorar su funcionamiento.

Pero por desgracia esto no se producirá, pues los propios dirigentes de los partidos forman parte del problema y por lo tanto difícil es la solución, la falta de autocrítica sincera, el afán desmesurado por mantenerse en el poder y no dar paso a gente con ideas más frescas, la ausencia de fórmulas reales de participación dentro de los partidos, éstas y otras muchas más cosas seguirán alejando a los ciudadanos de los políticos.

A veces pienso si esa gente que se abstiene, tiene en realidad toda la razón, yo soy un arduo defensor del voto masivo, aunque éste sea en blanco, pues considero que los políticos harían una mejor lectura del mismo más que de la abstención, hoy ya no estoy tan seguro de que sea la mejor opción, y mientras tanto reflexiono si aquellos que si votan y principalmente los que militan en un partido político, están durmiendo con su propio enemigo.

Ojalá las cosas cambien, aún se está a tiempo y los buenos políticos tienen ante si una gran oportunidad para lograrlo, sería lamentable que se superase el 30% de abstención o lo que es lo mismo superar la barrera de los diez millones (10.000.000) de escépticos y desencantados.



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