Los gobiernos de los países en teoría democráticos están demostrando cada vez más su incompetencia para defender los derechos de sus ciudadanos, han caído bajo una dictadura que exprime hasta el máximo a aquellos a quienes dicen defender y son incapaces de ponerle freno, vamos muy mal, cada día que pasa más y más derechos se convierten en papel mojado, se tiran a la basura innumerables avances y logros sociales, caminan como los cangrejos arrastrando al abismo a sus conciudadanos.
¿Hasta cuando lo seguirán permitiendo?
¿Es que de nada ha servido todo lo que se ha luchado?
¿Por qué permiten tantas obscenidades?
Son todos ustedes unos impresentables, y unos sinvergüenzas, tengan lo que hay que tener de una vez por todas y frenen ésta sangría a la que han sometido a sus conciudadanos, demuestren que les queda un mínimo de dignidad y declaren la guerra a los especuladores, si lo hacen saben que nos tendrán a su lado, si no, el futuro lo dirá.
Declaración Universal de los Derechos Humanos
Preámbulo
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;
Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones;
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad;
Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;
LA ASAMBLEA GENERAL proclama la presente DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.
Artículo 1 Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2 Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
Artículo 3 Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Artículo 4 Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
Artículo 5 Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Artículo 6 Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.
Artículo 7 Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Artículo 8 Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
Artículo 9 Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
Artículo 10 Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.
Artículo 11 1. Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.
2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.
Artículo 12 Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
Artículo 13 1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
Artículo 14 1. En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
2. Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 15 1. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.
2. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.
Artículo 16 1. Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia, y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.
2. Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.
3. La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.
Artículo 17 1. Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.
2. Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.
Artículo 18 Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19 Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
Artículo 20 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
2. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.
Artículo 21 1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.
3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Artículo 22 Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.
Artículo 23 1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.
Artículo 24 Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25 1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.
2. La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.
Artículo 26 1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.
Artículo 27 1. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.
2. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.
Artículo 28 Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.
Artículo 29 1. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
2. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.
3. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.
Artículo 30 Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.
Un manifiesto es una declaración pública de principios e intenciones, a menudo de naturaleza política o artística.
Manifiesto en política.
En algunas democracias parlamentarias, los partidos políticos preparan manifiestos electorales que delinean tanto su dirección estratégica como sus bosquejos de legislación futura, en caso de ganar suficiente apoyo en unas elecciones. Las propuestas legislativas que aparecen en el manifiesto de un partido que ha ganado una elección son generalmente consideradas como propuestas que poseen una legitimidad superior a otras medidas que el gobierno pueda introducir para que sean consideradas por la legislatura.
LETRA DE LA CANCION NACH SCRATCH - MANIFIESTO (UN Día EN SUBURBIA)
Mi padre es el sol, mi madre la luna mi hermano es el viento y el planeta tierra mi cuna mis únicos hijos son las frases que me invento y mi mayor regalo es vivir este momento en el que siento que callar es un pecado capital en la capital del pecado me quieren decapitar y aunque quisiera criar a mis hijos en un cuento de hadas sé que el mundo se acaba y no les quedara nada. Serán ratas si la cloaca les maltratara la ciudad clavara su aguja y nadie aplacara el odio que les empuja, no abra nada solo brujas mientras los niños ricos viajaran en su burbuja de lujo, de arrogancia infalible yo vengo de un lugar donde decían que triunfar era imposible Nach otro juglar en la jungla jugando a ser libre Nach otro juglar jugando a juzgar al que juzga impasible Y esos mc’s tan increíbles cuando escriben no, no hacen ciencia, no describen lo que viven solo calcan actitudes de alguien que quieren ser mientras mi mente representa poder como Uri Geller capaz de ver el castigo, en la traición de un amigo os digo que hay fuera hijos de puta solo miran su ombligo bordes que corren sobre un borde constantemente haciendo que engorden sus cuentas corrientes poniendo su mueca mas seria e indiferente al ver que el indigente sangra su miseria en la cera de enfrente ya no me asombro de ver a los mismos revolviendo escombros, deseo llevar su orgullo a hombros luchando contra el sistema que os corrompe viendo que idiotas sin nombre solo hablan mierda y se esconden en la calle donde niños de ojos rojos fuman verde en callejones siempre meciéndose en marrones, su materia gris en blanco un futuro negro augura mientras la lluvia púrpura ahoga sus ilusiones. Yo me mire al espejo con los ojos de quien me odia y me sentí eufórico porque todo es psicológico en este zoológico de buitres y camellos de perros hambrientos esperando el momento de morder mi cuello pero no por ello callo, ni me rayo, ni huyo el murmullo de un listillo no me destruyo solo me instruyo en lo cierto como que la ciencia demuestra que Dios ha muerto cierto como el fuego abierto en Gaza y Cisjordania cierto como ver mi fe moviendo tu montaña sacándola de España Aquí es donde está mi reino yo también quiero un trono y ¿quien no? Tus hijos no van a clases porque escuchan rap no hay porque preocuparse tus hijos escuchan rap porque tienen clase hacen suyo nuestro ardor se burlan de lo snob no son robots, victimas del complot de la súper pop y toda esa mierda fashion victim niñatas que mañana mataran por hacerse un lifting Esa es la educación que dais me desespera lo plasmo en un papel o me lo tomo con humor como Dave Chappelle chapé mas de una boca aunque callar también es gratis en la ciudad muchos me ven como a un iluminati con otros nivelación es la de un yanqui y un irakí la vida es así, y yo hasta el fin tranqui tu contra (mi…) como boleros de machín, triste tu destino es el que tu elegiste Y puestos a reflexionar sobre la vida menos mal mira! mira al final es para todos igual es el ciclo vital de un hombre la muerte como cima y cumbre, y no hay milagros siento que el camino es largo con el corazón de piedra me visto y salgo cabalgo otro día mas entre guepardos y comadrejas y aunque me diga mi vieja que no hay queja yo también quiero un chalet de lujo en la moraleja y conducir un cadillac pero soy feliz con este anorak panama jack sin mas hándicap que subirme a un track y escupir mis realidades para ti son debilidades para mi sensibilidades me llenan, fiel a mi lema ganar dinero del sistema haciendo música contra el sistema Sin mas armas que mis dientes mi voz es un kalashnikov un cóctel molotov desde el altavoz potente con el liquido al ignorante, lo liquido intelectualmente la fuerza bruta me repugna se la dejo al nazi o al cani que resuelve cualquier pugna de la forma fácil te queda claro yo vengo sin un plan soy un poeta hecho soldado y solo sé que la mezcla es napalm! tu sueñas con ser don Juan derrochar champagne yo prefiero ver a quien no tiene y darle pan man soñador y dramaturgo, zurdo prestidigitador del sentido absurdo de la vida, la mía melancólica, dicen que única, condenado a asumir que soy persona publica y mi rubrica en pedazos soy mas de abrazos que de autógrafos mas de párrafos que de fotógrafos y aunque los tortazos de la vida, este es mi elixir existir es sentir, aquí sentir es escribir y sé que el único secreto es que no hay secretos solo respeto por el rap antes de usar un chándal ecko Yo tengo coleguis que te follan si improvisan, aunque vistan levis y camisa, conocen cada grupo, cada skit, desde antes del rap in Madrid y tú no sabes ni quien es Madlib keep it real es la premisa aunque keep it real contigo mismo quizá sea mas precisa Pisa las huellas de este nómada nada me doma si nada perdona el fallo en babilón marchare a (Sayon) aunque nadie me recuerde ni esta ciudad que muerde y devora el verde Suburbia y sus horizontes, edificios mastodontes devoran los prados, los parques, los montes y ¿que nos queda? charcos de asfalto, infartos, demasiado barullo en este trullo salto y me escabullo, huyo entre la masa anónima esos que se tragan su orgullo para después cobrar la nómina no hay droga mas dura para mi que un escenario ni hay meteoritos que extingan al dinosaurio Me refiero al que suscribe, al que escribe al que revive cada noche en tu reproductor de audio tu ghetto blaster tras tanto mensaje gangster tanto lastre quien se fía, si al rap solo le guía la fría filosofía de vivir al día R de revolución, A de actitud P de poesía xenofilia esa es mi ciencia significa lo que implica amor por la diferencia amor que nos tortura porque amar es la mayor locura a no ser que se ame con locura son mis dudas que suturan porque nada duran, quisiera parar el tiempo como Hiro Nakamura pero que mas da mi arruga si mi entrega es ciega si el universo es la canica con la que alguien juega Todo nos llega en su momento y no lo entiendo tantos años invirtiendo hasta que sientes que te estas muriendo y no el mañana no es certero, etéreo, misterio, en serio sal de tu agujero yo tecleo reo en este coliseo de politiqueo rappers de perreo y tiroteos de fogueo no poseo la verdad aunque la persigo, eso creo lo importante es estar vivo de deseo carnal, espiritual da igual cada cual en su propio ritual, medita para mi es vital echarle dinamita a cada frase para dártela, que tu se las regales al fachas de tu clase puede que mi vida nunca os interese no esta dirigida por martin scorsese pero casi voy volando entre edificios como un Yamakasi así lo hago fácil como Brasil y solo ante el papel puedo eliminar tensión el me entiende y no me cobra 80 euros por sesión El mensaje y no la fama es mi bagaje trepa písame cuando subas, te cazare pa cuando bajes trepa hasta la cimas de mis sueños podrás verlo mis sueños son mentiras que algún día dejaran de serlo del verbo me llaman vástago, basta con alzar el micro al cielo y caen relámpagos en tímpanos, míralos somos furia sobre un bumb clap hijos de la catástrofe, apóstoles de la verdad. Rap como entretenimiento que agita el pensamiento así alimento a la generación nintendo porque si esta es tu droga vamos yo te invito a un gramo proclamo el horror de ser furor en tu hipotálamo mientras derramo profecías, mercader de la esperanza y se abalanzan sobre mi como a un Mesías pero no hay mejor profesor que el error, ni mas dulzura que el que sufre y luego cura su dolor y así he vivido en estos tiempos líquidos, insípidos, sin tener miedo del miedo de no rapear lo típico no es anecdótico te soy sincero hago público un cuaderno con mi infierno interno para conmoveros y si este (enero) me disloca me relajo y canto Soma produce rocas y yo después las lanzo claro que sí paso de (genesi), ron con seven up y brindo por el HIP-HOP y el homenaje que aquí rindo al lindo frenesí de la escritura lo captas almas en miniatura no son aptas pa esta asignatura y aquí nada en disparate tu no eres mc maniquí de escaparate con tu pose de magnate que pretendes si así vendes tú ridículo aquí solo el trabajo duro y los testículos dan títulos pobre diablo se cree un dios entre los dioses y tan solo es otro potro en el establo dando coces pides a voces gloria y no te la mereces yo asumo el drama de mi fama y vivo entre sus estrecheces no lo planee, solo volé como Tracy McGrady hice del rap mi personal brain training ejercicio mental al filo, afilo mi estilo compitiendo con la imagen del espejo en el que mino cautivo de un tictac que me atonta, mi único hábitat un compact que te voy a contar chaval que por ir de underground no eres mas original que no por ser de universal voy a sonar comercial no tenéis ni puta idea a vuestra verborrea es cínica faltándole al respeto a militantes de mi métrica aquí y en Latinoamérica en todo el planeta tierra mi rap será mi rap será la luz tras las tinieblas mi rap será la luz (si!) tras las tinieblas.
A todo el planeta tierra, donde sea que me escuchen en España, en México, PERU, Colombia, Portugal, Venezuela Chile, Argentina, Brasil, Angola, Guinea, da igual donde estéis Bolivia, Puerto Rico, Estados Unidos, El Salvador, Panamá, Costa Rica, Ecuador, todos mis soldados latinos ahí.. todos! a los que esta mierda engancha este es el rap que purifica que la vida os mancha Nach.. Manifiesto.
Hoy recuerdo éste antigüo, y en mi opinión magnífico artículo, que he releído varias veces, y no sé si decir que aún está en vigor o era como una premonición de lo que está sucediendo hoy en día.
Sin duda alguna lo que está claro es que puede dar para debatir largo y tendido.
El declive de la izquierda
ENRIQUE GIL CALVO
EL PAÍS – Opinión — 16/04/2008
El resultado de las pasadas elecciones españolas ha sido interpretado como una victoria de la izquierda que desmiente la creciente derechización europea: ascenso de Sarkozy, predominio de Merkel, retroceso de Gordon Brown, retorno de Berlusconi... Sólo Zapatero resistiría frente al asedio derechista, ante la previsible derrota de Barack Obama a manos del conservador McCain. Lo que vendría a demostrar, paradójicamente, que de nuevo Spain is different, como única excepción progresista a la regla de la derechización general.
Pero ¿de verdad su victoria el 9-M supuso un triunfo de la izquierda? Así lo entienden los publicistas neocon de la derecha extrema, para quienes Zapatero ha sido reelegido por una coalición radical de rojos, republicanos y separatistas. Y, en efecto, si nos fijamos en los resultados electorales, lo cierto es que los votantes centristas o moderados han abandonado al PSOE para pasarse al PP, mientras que a cambio los más izquierdistas se han decantado por apoyar a Zapatero. Es el retorno triunfal del "No pasarán", producto de la creciente polarización del electorado español, en el que los votantes de las zonas más proletarias o industrializadas (Cataluña, País Vasco, Asturias, Aragón) han acabado por imponerse a las clases medias madrileñas y provincianas.
Sin embargo, las cosas no suelen ser tan sencillas como parecen a primera vista. Aquí sucede lo mismo que pasa con el Sol, que parece moverse del este al oeste cuando en realidad está quieto, pues es la Tierra quien gira de izquierda (oeste) a derecha (este). Y a Zapatero le ocurre igual. Él no se ha movido hacia la izquierda, pues su programa electoral continúa fijo en el centro del espectro, con guiños a la derecha (regalos fiscales, repatriación de inmigrantes) y ninguna concesión a la izquierda (renuncia a revisar la ley del aborto o la financiación de la iglesia). Es verdad que la nueva composición de su electorado parece proceder en mayor medida de la izquierda del espectro: menos centristas y más tránsfugas de IU y ERC. Pero en realidad, estos trasvases de votantes lo que revelan, como en el descubrimiento copernicano de la rotación de la Tierra, es un desplazamiento del electorado hacia la derecha: muchos progresistas que antes votaban a la izquierda radical (IU y ERC) ahora han votado al centro-izquierda del PSOE; y muchos centristas moderados que antes votaron a Zapatero ahora han votado al centro-derecha de Rajoy.
En consecuencia, se ha producido un deslizamiento del conjunto del electorado desde la izquierda hacia la derecha, estimable como saldo neto en torno al 2,5% del total (que es lo que gana ésta en detrimento de aquélla). Lo que no llega a ser un landslide (corrimiento de tierras), pues no hubo vuelco electoral y la izquierda retiene el po-der. Pero sí revela una significativa derechización política, porque a pesar de haber ganado las elecciones, la izquierda sigue perdiendo electores.
De modo que tampoco España es una excepción a la regla de derechización occidental, sino que viene a confirmarla aunque sólo sea como clara tendencia.
¿De dónde procede este vendaval derechista? Las razones son muchas y complejas, y aquí sólo cabe aludir a las más significativas. El fin de la guerra fría significó la derrota irreversible del socialismo histórico, sin que hasta ahora sus bases sociales hayan podido recuperarse creando un nuevo proyecto político legitimado por un discurso innovador. Por eso la izquierda se limita a vegetar, viviendo de unas rentas ruinosas (el estéril anticapitalismocomunista) o al menos conservadoras (la defensa socialdemócrata de los derechos sociales), pues el incipiente movimiento antiglobalización aún carece de credibilidad. De ahí el éxito de la tercera vía social-liberal a lo Giddens-Blair, aquí adoptada por Zapatero, que renunciando a los valores de izquierda sólo propone una derecha con rostro humano. Y ante el vacío de la izquierda en retirada, la derecha ha podido invadir y ocupar toda la esfera del debate público sin encontrar resistencia, imponiendo sus agendas neoliberales, nacionalistas, teocráticas y neoconservadoras.
¿Por qué resulta incapaz la izquierda europea de reconstruir un nuevo programa político adaptado al siglo XXI, cuando ya hace casi veinte años que se derrumbó el socialismo real?
Existen razones estructurales que lo hacen particularmente difícil, pues explican perfectamente la progresiva desmovilización de la izquierda. Lo que Daniel Bell llamó el advenimiento de la sociedad post-industrial ha desintegrado la vieja estructura de clases (antes estratificada en redes de solidaridad colectiva alineadas a uno y otro lado del conflicto industrial entre patronos y asalariados), para fragmentarla en un mero agregado de intereses privados sólo movidos por su individualismo posesivo y consuntivo. Es el nuevo enrichissezvous que ha convertido a los ciudadanos en competidores arribistas, liquidando su capital social y privatizando la sociedad civil. Y este desclasamiento se ha visto muy potenciado por la llamada globalización, que ha incrementado la flexibilidad laboral y la movilidad ocupacional impidiendo que se reconstruyan nuevos compromisos solidarios. Por el contrario, la llegada de trabajadores inmigrantes para ocupar los estratos inferiores de la pirámide ocupacional ha generado un sentimiento de rechazo entre los autóctonos que compiten con ellos por el acceso a los servicios públicos. En consecuencia, el concepto de "pueblo" (y el de "clases trabajadoras" o "clases populares"), al que apelaba la izquierda para movilizar la participación ciudadana, ha perdido su sentido al ser desmentido por la realidad multicultural, quedando así desvirtuado.
Ésta es la causa última de la derechización política a la que se va asistiendo en toda Europa, España incluida, elección tras elección: la descapitalización social de la izquierda, producida por efecto de la desintegración del tejido civil (redes de compañerismo, solidaridad y compromiso cívico) que trababa y cohesionaba a las clases trabajadoras, hoy más fragmentadas y divididas incluso territorialmente que nunca. Y esta progresiva debilidad de la izquierda es aprovechada y estimulada por la derecha mediante el recurso a la xenofobia, que culpa a los trabajadores inmigrantes de todos los problemas. Si en 1848 Marx podía decir que el miedo a los comunistas era el fantasma que recorría Europa, hoy ese fantasma es el de los inmigrantes: la nueva "clase peligrosa" que amenaza con dividir a la izquierda impulsándola a derechizarse. Una derechización que en España se traduce en la obsesión por adquirir viviendas en régimen de propiedad privada y en el auge de los colegios concertados, casi todos religiosos y por tanto étnicamente limpios, a los que llevan a sus hijos las familias que se dicen progresistas o incluso izquierdistas, pero que aspiran a dotarles no con capital humano (pues la enseñanza en colegios religiosos es de muy baja calidad) pero sí con capital social, tanto para trepar con arribismo como para evitarles malas compañías.
Y una derechización que donde más se advierte es en las ciudades dormitorio que rodean a las grandes capitales, como el antiguo cinturón rojo que abarcaba el sur de Madrid, hoy votante masivo y absoluto del PP.
Proceso de derechización en curso que todavía no se ha completado en toda España, pues aún quedan bastiones industriales fieles a la izquierda. Pero que puede intensificarse todavía más, conforme la crisis económica agrave el conflicto social con los inmigrantes y la derecha siga explotando la división de los trabajadores con su demagogia xenófoba.
Enrique Gil Calvo es profesor titular de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
En ésta manía que tengo de rebuscar hasta debajo de las piedras, en el baúl de los archivos he encontrado éste interesante artículo.
Partidos y desafección política
Mariano Torcal
Profesor Titular del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales. Universidad Pompeu Fabra. Barcelona
Uno de los aspectos que más condiciona la relación entre ciudadanos y el poder político son las actitudes. Actitudes como el cinismo político, el desinterés, la desconfianza política están íntimamente unidas al grado de confianza que los ciudadanos depositan en las instituciones de representación política en general y, en especial, en los partidos políticos. En democracias en donde los ciudadanos desconfían de los partidos políticos es altamente probable que exista un grado número menor de afiliados y de ciudadanos dispuestos a implicarse con los mismos, lo que a su vez condiciona su institucionalización, recursos y tipo de financiación, estructura y organización, tipo de liderazgo y otros aspectos básicos. Este aspecto parece tan vital, que dos recientes libros han resucitado el tema de la confianza en las instituciones (Norris) y en la desafección (Pharr y Putnam). Estos trabajos se han centrado, fundamentalmente, especialmente el segundo volumen, en democracias tradicionales, pero creo que este tema es de vital importancia en las nuevas democracias de la tercera ola democratizadora a la que pertenecen la mayoría de los países latinoamericanos.
Ésta ha sido, de hecho, la preocupación principal en un estudio comparado que estoy a punto de finalizar y en el que defiendo que la desafección política en las nuevas democracias tiene una naturaleza distinta que en las viejas, lo que, a su vez, afecta de manera especial la relación existente entre los ciudadanos y el poder político. Lo primero que se demuestra en el estudio que aquí resumo es que las nuevas democracias se caracterizan por la presencia de la desafección democrática; es decir, por la existencia de un apoyo mayoritario de los ciudadanos a sus regímenes democráticos y una gran moderación ideológica y tolerancia, conjuntamente con una falta de confianza en las instituciones, un alejamiento de la política, un sentimiento de incapacidad de poder influir en el sistema y de que el sistema, a su vez, responda a las demandas de los ciudadanos. No obstante, la desafección política también está presente en democracias que no cuentan con un apoyo mayoritario, como Brasil y Chile, y en democracias no procedentes de la tercera ola, como Italia y Venezuela.
El análisis de la desafección democrática en estos casos sirve para construir un argumento central que trata de demostrarse con un largo y complejo análisis. La desafección política en todas estas sociedades es resultado de un proceso que tiene que ver más con el pasado político que con su presente. Las explicaciones hasta ahora esgrimidas en la mayoría de los trabajos tratan de explicar el origen y las diferencias en los niveles de estas actitudes entre los distintos países en los que existen democracias representativas al menos por más de cinco décadas; es decir, en democracias con unos ciudadanos que acumulan una experiencia democrática importante. Sin embargo, los ciudadanos de las nuevas democracias apenas poseen esta experiencia y, en muchos casos, por tanto, de una experiencia “reciente” y prolongada que les permita evaluar cómo funcionan las instituciones democráticas representativas del presente. Carecen, además, de referente reciente alguno que les sirva para evaluar el funcionamiento y logros de las instituciones democráticas recién instauradas. Todavía más, en muchos casos, el único referente que poseen es un pasado político pseudodemocrático cargado de prácticas democráticas irregulares y del fomento desde el poder político de discursos contra las organizaciones e instituciones de representación política. Es de esperar, por tanto, que estas experiencias políticas precedentes se hagan notar a la hora de evaluar y confiar en las instituciones democráticas del presente.
Defender que es necesario acudir a aspectos políticos internos de cada país para intentar explicar los diferentes niveles de estas actitudes en los distintos países, no es algo nuevo. Lo que se propone es diferente en dos aspectos. Primero, en la presencia de aspectos políticos socializadores del pasado como elemento esencial en la formación de las actitudes de la desafección. Segundo, porque el peso socializador del pasado tiene una connotación mucho más negativa en nuevas democracias, ya que son éstas las que suelen tener, en general, un pasado político tumultuoso de inestabilidad, manipulación, corrupción y discurso reiterado contra las instituciones de representación política. En este sentido, el fenómeno de desafección política afecta a la mayoría de las nuevas democracias pero no de forma exclusiva, ya que existen algunas democracias instauradas tras la Segunda Guerra Mundial que, pese a su estabilidad, se han caracterizado por la presencia de prácticas políticas bastante cuestionables. Estos países tienen este referente negativo continuo a la hora de evaluar las instituciones del presente. El pasado político, en definitiva, es el principal agente socializador y reproductor de todas las actitudes de desafección política en las nuevas democracias. En las viejas democracias, en cambio, este referente con connotaciones negativas no existe de forma tan marcada, su impacto socializador es mucho menor, lo que permite que los ciudadanos evalúen el presente con una perspectiva de futuro teniendo como referente más próximo el ideal democrático.
El pasado político no-democrático y las escasas y negativas experiencias democráticas del pasado son, en definitiva, los principales agentes socializadores y reproductores de todas las actitudes de desafección política en las nuevas democracias. Esto parece ser diferente a la “modernidad” mostrada por algunas democracias más tradicionales en donde la presencia de la desafección parece estar unida a la existencia de una ciudadanía más informada que, especialmente entre los jóvenes, demanda de las instituciones representativas y de sus representantes actuales algo más que la posibilidad de hacerse oír por los gobernantes en las urnas, y que, como consecuencia, rechaza el actual arreglo institucional y su actual funcionamiento, pero no la democracia. El análisis comparado de la desafección política del presente trabajo así lo revela. Como intenta demostrarse, la causa de la desafección política en las nuevas democracias hay que buscarla en el pasado político ya que, de manera sistemática, cuanto más edad tiene un ciudadano y menor es su grado de información política, mayor es la presencia de estas actitudes de desafección; a diferencia de lo que ocurre como pauta general en las democracias más tradicionales, en donde la desafección está mucho más extendida en las generaciones más jóvenes y educadas mostrando su “novedad” y “modernidad”.
Por tanto, las diferentes pautas de presencia de la desafección política entre las distintas generaciones políticas que se observan, por ejemplo, en España no pueden entenderse sin acudir al pasado político de esta sociedad. Esto, no obstante, no significa que todo sea atribuible a la propia experiencia reciente con alguna clase de régimen autoritario. De hecho, Venezuela e Italia, que han contado con largas experiencias democráticas ininterrumpidas desde 1958 y 1947, se caracterizan por altos niveles de desafección mientras que Chile y Uruguay, pese a su reciente experiencia autoritaria, se distinguen por tener unos niveles de desafección menores debido a las largas etapas exitosas de funcionamiento democrático previas a sus crisis y respectivos colapsos. El pasado político que da forma a la desafección política no tiene que ver tanto con la forma de determinados regímenes políticos sino, más bien, con las prácticas políticas, usos, manipulación y discursos políticos que dañan o perjudican la imagen y funcionamiento de las instituciones de representación política, algo que ocurre con mayor frecuencia bajo experiencias autoritarias y experiencias políticas pseudodemocráticas, pero algo de lo que no están exentos regímenes democráticos más establecidos.
Un segundo aspecto clave, y consecuencia de lo anterior, es que la desafección política del presente no tiene que ver tanto con el mal funcionamiento o desilusión con el funcionamiento de las democracias recién instauradas ni con los procesos de cambio político que las instauraron. De hecho, por ejemplo, en España, y contrariamente a lo que ciertos estudiosos han mantenido, las actitudes de la desafección han mostrado una gran resistencia a cambiar en el transcurso de la transición y del funcionamiento democrático, siendo el cambio intergeneracional la única fuente de cambio observable. Las actitudes de la desafección política en el caso español son consecuencia de episodios políticos marcados por prácticas democráticas irregulares y por el fomento desde el poder político de discursos contra las organizaciones e instituciones de representación política que ha calado en la cultura política de los españoles, que la experiencia del franquismo en sus diferentes etapas ha reafirmado y que la transición democrática y la nueva democracia y su funcionamiento no ha sabido alterar. La desafección política presente entre los ciudadanos de las nuevas democracias no tiene que ver mucho con el funcionamiento presente de sus instituciones y los logros obtenidos por las mismas.
Sí es cierto, sin embargo, que los ciudadanos de las nuevas democracias no están adquiriendo actitudes positivas hacia las instituciones de la democracia ni una mayor implicación política. El tiempo, o para decirlo de otra forma más actual, el funcionamiento del sistema, sus logros y fracasos, contrariamente a lo que afirman Converse, Schmitter y Karl entre otros, no parece que esté jugando en favor del aprendizaje de tales actitudes. Las transiciones recientes y sus democracias resultantes no son responsables de la desafección consecuencia del pasado, pero sí lo son de no generar actitudes más positivas. Como afirma Maravall, la superación de las actitudes de la desafección política no se encontraría entre los logros de las (nuevas) democracias. Es decir, las actuales democracias son solamente responsables de no romper este círculo de desafección política, algo que sí lograron hacer en muchos casos con el aumento de la legitimidad democrática y el logro del apoyo mayoritario de todos los ciudadanos en la gran mayoría de estos países. Por ejemplo, en España se produjo un cambio actitudinal masivo a favor del apoyo a la democracia que se gesta durante la transición y que tiene sus bases en el discurso político de la última etapa del franquismo y su efecto socializador sobre los españoles. Como ha argumentado Aguilar, el discurso oficial del régimen para justificar el franquismo y la guerra civil en su última etapa hizo que los españoles valoraran por encima de todo la paz y la prosperidad. El efecto “no deseado” de este cambio en el discurso oficial del régimen anterior fue lo que preparó a los españoles para el cambio actitudinal que se gestó y para que apoyasen al nuevo régimen democrático, una vez que éste demostró, ya (re)instaurado, que también era capaz de salvaguardar la paz, el orden y la prosperidad que ahora tanto se valoraba pero sin tener que pagar el precio de la guerra y la represión que había caracterizado la experiencia autoritaria. Esto evidencia que, no sólo el cambio actitudinal es posible, sino que la transición es un periodo de potencial cambio. Además, muestra los efectos socializadores del discurso político ejercido desde las instituciones políticas del Estado, algo que confirma de nuevo la importancia de las variables políticas del pasado para el cambio actitudinal del presente. Esto significa además, retomando la discusión teórica sobre las fuentes de la legitimidad democrática, que el actual apoyo ciudadano del que disfrutan algunas nuevas democracias, aunque se genera durante la transición, tiene algo que ver con el rechazo de las experiencias autoritarias previas que, a su vez, son resultado de la intensidad y consecuencias del colapso del régimen democrático anterior, la duración del régimen autoritario, los discursos legitimadores utilizados y los éxitos económicos y sociales que lograron. No es por ello de extrañar que sean países como Brasil o Chile, que han contado con regímenes con éxitos económicos destacables o transformaciones sociales importantes, junto con la presencia de propaganda política intensa, los que se caracterizan por tener una ciudadanía dividida entre la opción no-democrática anterior y el apoyo a los nuevos regímenes surgidos de sus respectivas y más que problemáticas transiciones.
El diferenciado efecto de las transiciones en la legitimidad democrática y el peso del pasado en la desafección política explicarían la paradójica presencia dominante de la desafección democrática (mezcla de alta legitimidad y desafección política) entre la mayoría de las nuevas democracias. Se trataría del efecto diferenciado de determinados acontecimientos políticos en las distintas dimensiones (claramente autónomas) que forman la cultura política de estas sociedades: apoyo al régimen, desafección política y descontento político (descontento con el gobierno actual y sus políticas). Como muy bien ha especulado algún autor, la combinación de una extendida desafección política junto con un alto apoyo al régimen democrático y una alta moderación ideológica presente en la mayoría de las nuevas democracias (aunque no en todas) es debido al pasado político particular de cada una de estas sociedades.
Pero ¿por qué tiene tanta importancia la desafección política? En las democracias representativas, la participación política es el principal mecanismo con el que cuentan los ciudadanos para que transmitan información sobre sus intereses, preferencias y necesidades y presionen para obtener respuestas de las autoridades. La participación es, por tanto, un aspecto esencial de todas las democracias y un indicador significativo de la naturaleza de las nuevas. Como se demuestra en el estudio, y a diferencia de lo que ocurre con la legitimidad democrática, la desafección política genera una menor utilización de mecanismos tradicionales de participación, a excepción del ejercicio del sufragio con el que parece no tener relación. Esto, no obstante, aunque destacable, no parece una sorpresa llamativa. Éste parece ser también el caso en las democracias más emblemáticas. La diferencia relevante es que la desafección política en las nuevas democracias también fomenta la falta de acción política con otros mecanismos menos convencionales de participación mientras que, en las democracias más tradicionales, resulta uno de los factores que más ha influido en su creciente práctica. Estas últimas son viejas democracias caracterizadas por la presencia de unos ciudadanos más informados en búsqueda de mecanismos “nuevos” de expresión y control político. Las primeras, en cambio, son nuevas democracias con un legado cultural resultado de sus respectivos pasados políticos que propicia entre sus ciudadanos una falta de acción política en todos los ámbitos. Este diagnóstico es especialmente relevante en los países que, como consecuencia de largas experiencias autoritarias, cuentan con sociedades civiles desarticuladas o inexistentes, con sistemas de partidos no institucionalizados y que requieren de manera especial de ciudadanos que cuenten con dosis importantes de motivación para participar y controlar al poder político. No es de extrañar, por tanto, que estas democracias se caractericen por la presencia de unos líderes con mayor capacidad para maniobrar pero, al mismo tiempo, éstos se encuentran con el problema de la falta de ayuda y apoyo para implantar las políticas públicas decididas por el poder político. Además, como se ha argumentado en un reciente trabajo, la falta de confianza en las instituciones representativas en las democracias más tradicionales favorece la participación por mecanismos no convencionales, lo que viene a significar un fuerte impulso para la transformación e innovación institucional de dichas democracias. Este efecto transformador de la desafección está casi ausente en las nuevas democracias.