lunes, 23 de marzo de 2009

REFRESCAR LA MEMORIA ES BUENO

DECLARACIONES DE LUIS MARIA ANSON A TIEMPO
TIEMPO, 23-2-98, NUM.825

..."Fue una etapa de crispación realmente terrible. Y no fue arbitraria. Existían poderosas razones para esa guerra fría. La cultura de la crispación existió porque no había manera de vencer a Felipe González con otras armas. Ese era el problema".

"González ganó tres elecciones por mayoría absoluta y volvió a ganar la cuarta cuando todo indicaba que iba a perder. Hubo que elevar la crítica hasta extremos que a veces afectaron al propio Estado. González bloqueaba algo vital en una democracia: la alternancia. Si González llega a ganar las elecciones del 96, con la bonanza económica no hubiera habido quien lo echase del poder hasta el 2004. No salimos de cuarenta años de Franco para entrar en treinta años de González".

"La capacidad de comunicación, la fuerza política, la habilidad extraordinaria que tuvo siempre González hizo darse cuenta a muchas personas, yo era una de ellas, que era preciso que concluyera su etapa. Como los ataques a González, muy fuertes en el 92-93, no terminaron con él, unos reflexionando, como me ocurrió a mí, y otros por pura intuición, vimos que era necesario elevar el listón de la critica. Entonces se buscó ese mundo de las irregularidades, de la corrupción... No había otra manera de quebrantar a Felipe González".

Aun así, perdió las elecciones por menos de trescientos mil votos... es decir, que estuvo a punto de no perder, a pesar de haber lanzado contra él una de las mayores ofensivas que se hayan desencadenado contra un político. Me precio de haber hecho siempre un periodismo responsable en relación a cuestiones de Estado, pero llegó un momento en que opté por la salud del sistema. No hay cultura democrática sin un péndulo político que funcione; sobre todo en un país que no ha tenido la prudencia de marcar límites al período de gobierno de un líder....

...¿Existió una conspiración?


Eso fue una coartada periodística. Es cierto que había gente que nos reuníamos en tertulias, hablábamos, unos estaban de acuerdo, otros no; los que estábamos de acuerdo nos sentíamos más identificados y nos llamábamos para comentar lo que podía hacerse..., pero eso no es una conspiración. El resumen es sencillo: González era un hombre con una potencia política de tal calibre, que era necesario Llegar hasta el límite...


...La Prensa jugó su papel presionando al mundo judicial......

Sin duda. Por reflexión o instinto, los medios reaccionaron atizando algunas situaciones. Ese fue el caso de los conflictos y el papel de la Justicia. Al atizar el fuego en ese sector se favorecía la erosión de Felipe González... así que se hizo. Fue una operación de acoso y derribo. Algunos lo hicimos desde el convencimiento honesto de que ese era un servicio al sistema democrático. Lo cierto es que desde una labor crítica normal no se conseguía desalojar a González del poder.

Dos reuniones, la de Alvarez Cascos, Pedro J. Ramírez y Jorge Manrique (abogado de Amedo) en un despacho de "EI Mundo", y la de Pedro J. y Baltasar Garzón pocos días después, se consideran por algunos como el "acta fundacional" de la explosión controlada de los GAL..

No tengo información personal de que esas reuniones se hayan producido. Lo he leído, desde luego, pero no puedo confirmarlo...

..."Nos reuníamos, generalmente en mi despacho, el director de El Independiente, Pablo Sebastián; José Luis Gutiérrez, de Diario 16; el director general de Antena 3, que era Manuel Martín Ferrand; el de Informativos de Antena 3 Radio, que era Antonio Herrero; el director de El Mundo, Pedro J. Ramírez... Éramos un grupo con una fuerte representación en el Periodismo...

...González denunció los graves peligros de una crítica que superaba los limites de lo tolerable...

Había que terminar con González, esa era la cuestión. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo, que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado. Eso es verdad. Tenía razón González cuando denunció ese peligro..., pero era la única forma de sacarlo de ahí. No tanto por los posibles abusos que cometió, si es que lo hizo, sino por el riesgo de anulación de la alternancia....

...La "explosión controlada de los GAL" fue un cambio cualitativo...

Si el Gobierno intervino en la guerra sucia contra ETA, que está por ver, se equivocó. Nunca llegó la situación a un extremo capaz de desestabilizar el Estado de Derecho. Una vez dicho eso... lo peor de lo que ha ocurrido es que las personas que, caso de ser ciertas las acusaciones, se han limitado a cumplir órdenes sean las que están en la cárcel. Me parece lamentable que el general Galindo y varios de sus hombres estén en prisión. Es evidente que no se sostiene la acusación de que se hayan enriquecido; es obvio que, si hicieron algo ilegal, que está por ver, fue bajo órdenes, algo sagrado en la Guardia Civil. Su presencia en prisión me causa una inmensa tristeza. En todo caso, los que deberían estar en prisión son los que dieron órdenes para hacer la guerra sucia. Ha sido el triunfo de una inteligente estrategia de HB y ETA para liquidar al hombre que más daño les hacía El general Galindo llevaba en su cabeza la lucha antiterrorista. A sus órdenes, Intxaurrondo detuvo a más de cien comandos de ETA, a casi mil terroristas, creó el mejor servicio de información... ETA y HB sabían quién era su máximo enemigo: un hombre de la Guardia Civil, el general Galindo. Y fueron a por él....

...¿Hay alguna solución a este problema?

Si el día de la célebre entrevista de Gabilondo a González, éste en vez de decir que se había enterado por la prensa hubiese dicho "señores, tras varias intentos de golpe de Estado, con cien asesinatos al año de ETA, en plena indiferencia francesa, di la orden de que con todos los medios a nuestro alcance se combatiera a ETA; cuando se da una orden así, se corre el riesgo de que se cometan abusos. Yo asumo la responsabilidad. Dejando claro que nunca di órdenes que supusieran una vulneración del Estado de Derecho, si se ha hecho... yo soy el responsable». Si González llega a hacer eso, es posible que hubiese ganado otra vez vez las elecciones. Se perdió una oportunidad histórica de que fuese la ciudadanía quien juzgase.

Martes 17 febrero 1998 - Nº 655

Anson: «Para terminar con González se rozó la estabilidad del Estado»
Declaraciones a 'Tiempo' del ex director de 'Abc'

EL PAÍS, Madrid

«Había que terminar con Felipe González, ésa era la cuestión. Al subir el listón de la crítica se llegó a tal extremo que en muchos momentos se rozó la estabilidad del propio Estado. Eso es verdad. Tenía razón González cuando denunció ese peligro..., pero era la única forma de sacarlo de ahí», afirma Luis María Anson, ex director del periódico Abc y actual presidente de Televisa-España, en la entrevista concedida a la revista semanal Tiempo y publicada ayer. Su autor, Santiago Belloch, asegura que Anson, que corrigió las pruebas, le felicitó y le dijo que había recogido «el ciento por ciento de la letra y del espíritu» de la conversación.

«La cultura de la crispación existió porque no había manera de vencer a González con otras armas», advierte Luis María Anson. «González ganó tres elecciones por mayoría absoluta y volvió a ganar la cuarta cuando todo indicaba que iba a perder», prosigue. «Hubo que elevar la crítica hasta extremos que a veces afectaron al propio Estado. González bloqueaba algo vital en una democracia: la alternancia. Si llega a ganar las elecciones del 96, con la bonanza económica no hubiera habido quien lo echase hasta el 2004. No salimos de 40 años de Franco para entrar en 30 años de González».

«La capacidad de comunicación, la fuerza política, la habilidad extraordinaria que tuvo siempre González», argumenta Anson, «hizo darse cuenta a muchas personas que era preciso que concluyera su etapa. Como los ataques a González, muy fuertes en el 92-93, no terminaron con él, (...) vimos que era necesario elevar el listón de la crítica. Entonces se buscó ese mundo de las irregularidades, de la corrupción... No había otra manera de quebrantar a González». «Aun así, perdió las elecciones por menos de 300.000 votos... (...) A pesar de haber lanzado contra él una de las mayores ofensivas que se hayan desencadenado contra un político», recuerda.

«El resumen es sencillo: González era un hombre con una potencia política de tal calibre que era necesario llegar hasta el límite», explica el ex director de Abc en Tiempo. (En la revisión del texto, antes de su publicación, Anson suprimió parte de su frase original, que decía: «...llegar al límite y poner en riesgo el Estado con tal de terminar con él».)

«Acoso y derribo»

Más adelante, se le plantea que un sector de la prensa presionó al mundo judicial. «Sin duda», contesta Anson; «por reflexión o instinto, los medios reaccionaron atizando algunas situaciones. Ése fue el caso de los conflictos y el papel de la justicia. Al atizar el fuego en ese sector se favorecía la erosión de González... Así que se hizo. Fue una operación de acoso y derribo. Algunos lo hicimos desde el convencimiento honesto de que era un servicio al sistema democrático. (...) Desde una labor crítica normal no se conseguía desalojar a González del poder».

Así surgió la Plataforma de Defensa del Derecho a la Información de los Ciudadanos: «Nos reuníamos, generalmente en mi despacho, el director de El Independiente, Pablo Sebastián; José Luis Gutiérrez, de Diario 16; el director general de Antena 3, Manuel Martín Ferrand; el de Informativos de Antena 3 Radio, Antonio Herrero; el de El Mundo, Pedro J. Ramírez...».

Para Anson, «si González, en vez de decir que se había enterado (de los GAL) por la prensa, hubiese dicho 'señores, tras varios intentos de golpe de Estado, con cien asesinatos al año de ETA, en plena indiferencia francesa, di la orden de que con todos los medios a nuestro alcance se combatiera a ETA; cuando se da una orden así, se corre el riesgo de que se cometan abusos. Yo asumo la responsabilidad. Dejando claro que nunca di órdenes que supusieran una vulneración del Estado de Derecho, si se ha hecho... yo soy el responsable'. Si González llega a hacer eso, es posible que hubiese ganado otra vez las elecciones».

«El nerviosismo creciente de González»

Luis María Anson, en un artículo publicado ayer en Abc, atribuye al «nerviosismo creciente de Felipe González» ante el caso GAL y al «esfuerzo de sus incondicionales para salvarle de la quema» el retorno a la teoría de la conspiración con « el pretexto » de unas declaraciones suyas a Tiempo . La finalidad es «impresionar a los magistrados», afirma.


«No hubo conspiración alguna», insiste Anson, que, no obstante, reitera: «Fue, en efecto, necesario poner en riesgo la tranquilidad del Estado porque, presuntamente, González había participado en crímenes de Estado y, al denunciarlo en los periódicos elevando el listón de la crítica, sufría el líder socialista, pero también el Estado».

«Ante esas denuncias», continúa, «el felipismo desató desde 1993, y sobre todo a partir de 1994, una persecución implacable contra los periodistas independientes». González era, dice, «el escondido arquero».

No hubo conspiración sino «coartada periodística»


A la pregunta del redactor de Tiempo sobre si existió una conspiración para desalojar a Felipe González del Gobierno, Anson responde: «Eso fue una coartada periodística. Es cierto que había gente que nos reuníamos en tertulias, hablábamos, unos estaban de acuerdo, otros no; los que estábamos de acuerdo nos sentíamos más identificados y nos llamábamos para comentar lo que podía hacerse..., pero eso no es una conspiración».

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española el significado de lapalabra «conspiración» es «acción de conspirar; unirse contra un superior o un particular». El mismo texto entiende por «conspirar», del latín conspiraröe , «convocar, llamar alguien en su favor; unirse algunos contra su superior o soberano; unirse contra un particular para hacerle daño; concurrir varias cosas a un mismo fin».

El PP y varios medios financieros participaron en la operación contra González, según Anson

EL PAÍS, Madrid

El ex director de Abc Luis María Anson aportó ayer un nuevo dato revelador sobre la «operación de acoso y derribo» auspiciada desde determinados medios de comunicación para desalojar de La Moncloa a Felipe González. No fue sólo una operación periodística; en la trama participaron expresamente el entonces primer partido de la oposición, el PP, y algunos «medios financieros». La formación que lidera José María Aznar, dando la callada por respuesta, se ha apresurado a declararse ajena a la tormenta política desencadenada por el actual presidente de Televisa España.

El ex director del diario Abc y actual presidente de Televisa España, Luis María Anson, implicó ayer claramente al anterior primer partido de la oposición, el PP, así como a «algunos medios financieros» y «algunos medios de comunicación», en «la operación de acoso y derribo» para desalojar de La Moncloa a Felipe González. Anson redobló declaraciones para matizar su polémica entrevista en Tiempo, en la que admite que para acabar con el mandato de González, con más de trece años en el poder, «fue necesario poner en riesgo el Estado». Pero aunque insiste una y otra vez en que no se trató de «una conspiración», sino de «una operación de acoso y derribo», es contundente al revelar que «fue, naturalemente, una operación del partido de la oposición».

Tras esta confesión, que ha desencadenado un revuelo en la clase política, el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, se apresuraba desde Roma a calificar de «golpismo de salón» la campaña contra González. En su opinión, estos «golpistas de salón» no tenían únicamente al PSOE en el punto de mira, sino que «perseguían algo más lejos, más arriba», en alusión a la Corona. A la pregunta de si existió conexión entre el PP y el grupo de directores de medios de comunicación que se reunían para coordinar la estrategia antifelipista, Almunia declaró: «No me consta, pero me imagino que sí».

Cascos calla

Desde el PP no se le dio una respuesta precisa. Tras la reunión del Comité Ejecutivo del partido en el Gobierno, que presidió José María Aznar, el coordinador general Ángel Acebes declaró a su formación «fuera de la polémica», y vinculó el revuelo político a la proximidad de «determinados juicios», como los del GAL. «Según nos acerquemos a ellos, vamos a tener que escuchar muchos disparates», dijo Acebes. El vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, a quien en su día González señaló como parte activa de la trama contra el PSOE, fue más prudente. «Cada cosa a su tiempo. Cuando llegue el momento, hablaré. Ahora no es el momento. Me remito a las declaraciones de mi partido», dijo.


Anson, en todo caso, ya había sido suficientemente claro en Onda Cero al intentar justificar la legitimidad de la trama contra el anterior secretario general del PSOE. «La operación de acoso y derribo se produce de manera sistemática en todos los países democráticos, sobre todo cuando se acercan las elecciones, para derribar al jefe del Gobierno. No es una operación sólo periodística, ni siquiera fundamentalmente periodística; es una operación naturalmente del partido de la oposición, de otros partidos políticos (...) La operación se extendió a algunos medios financieros, a algunos periódicos, a algunos medios de comunicación (...) Se hizo una operación de fondo para terminar con los trece años y medio que llevaba en el poder González».

En otras declaraciones a Europa Press, Anson diferencia entre las reuniones que él mantenía con periodistas y directores de otros medios y la «campaña de acoso y derribo» propiamente dicha. Según su versión, a las primeras nunca asistió ningún dirigente del PP, y la labor de aquellos «pocos» medios de comunicación hostiles al Gobierno socialista se limitó a «denunciar las irregularidades, corrupciones y crímenes de Estado». Y González perdió las elecciones de marzo de 1996, según la versión que ahora sostiene Anson, no por aquellos medios de comunicación, sino por «el enorme acierto» del PP, que ofreció un programa «esperanzador» a los españoles; por la acción de subir a José María Aznar, «hombre muy hábil, sereno y tranquilo, que despertó las simpatías de los españoles», y por los propios errores del PSOE.

Hace poco menos de dos años, en cambio, el entonces director de Abc concedía más mérito a la labor de esos periódicos y periodistas. «Abc, la Cope y El Mundo, entre los causantes destacados de la derrota de González», titulaba el diario conservador, el 20 de marzo de 1996, un suelto en sus páginas de huecograbado. En este texto se señalaba que «si no llega a ser» por los medios citados «y otros informadores», «González hubiera ganado las elecciones generales, como venció en las de 1993».

Almunia: «Sí es conspiración»

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, fue suficientemente expresivo al calificar la trama reconocida por Anson: «Es golpismo de salón», dijo en Roma, donde acababa de entrevistarse con diversas personalidades de la política italiana. Desde el jefe del Ejecutivo, Romano Prodi, hasta el secretario general del PDS, Massimo D'Alema, y el líder del sindicato ex comunista CGIL, Sergio Cofferati, informa Lola Galán. Los hechos que relata ahora el ex director de Abc eran conocidos de antiguo, subrayó el líder del PSOE. «La novedad es que esas reuniones, esas estrategias, esos intentos de condicionar la marcha de la política española, la voluntad de los electores, son relatados por uno de los participantes».


Almunia sí considera que el término «conspiración» es lo que mejor califica «aquellas conversaciones». «Son unos intentos antidemocráticos de unas pocas personas que, valiéndose de su influencia o de su poder, han tratado de condicionar y de suplantar incluso la voluntad de los electores. Me parece gravísimo en una democracia. Yo me alegro de que Anson, en vez de seguir participando en esas reuniones, ahora las cuente y las explique. Espero que sirva de vacuna para que no vuelvan a repetirse esos comportamientos».

González: «Es un gesto de honradez»

EL PAÍS, Madrid

«Aunque no ha revelado todo lo que sabe, ha tenido un gesto de honradez, no sé por qué». Así agradecía anoche Felipe González a Luis María Anson sus declaraciones sobre la existencia de una «operación» para conseguir desalojar del poder a los socialistas. En la capilla ardiente de Fernando Abril Martorell, el ex presidente del Gobierno pidió, no obstante, que no se personalice en él la operación, «porque si no hubiera sido yo», dijo, «hubiera sido otro, y el problema seguiría siendo el mismo e igual de importante». González también aludió a quienes, como el vicepresidente Rodrigo Rato, ayer se apresuraban a advertir que nadie debe poner en cuestión los resultados del 96. El ex presidente sugirió a los periodistas que revisen las imágenes de televisión de la noche de aquel 3 de marzo y vean «cómo acepté yo el resultado y cómo aceptaron ellos la victoria». «Entonces yo reconocí el resultado, y no me hacían falta las revelaciones de Anson, ya las sabía. Y hoy lo vuelvo a reconocer, porque las urnas tienen que ser respetadas. Los demócratas que ponen este valor por delante de su interés personal o partidario tienen que desagraviar las urnas con las urnas, cuando llegue el momento».

Ibarra dice que Cascos acudió a una reunión el 4 de julio del 95

EL PAÍS, Madrid

El presidente de la Junta de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aseguró ayer que el vicepresidente del Gobierno Francisco Álvarez Cascos «estuvo en una de las reuniones» a las que se refiere Luis María Anson en su entrevista en Tiempo. Según Ibarra, esa reunión fue «un cuatro de julio antes de las elecciones generales» de marzo de 1996. Aunque no quiso dar más detalles, añadió que el vicepresidente «no va a desmentirlo porque es un caballero».

El jefe del Ejecutivo extremeño hizo estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con el responsable de Política Autonómica del PSOE, Ramón Jáuregui, que visitaba Mérida para analizar con Ibarra el modelo autonómico sobre el que trabajan los socialistas.

En opinión de Ibarra, es absurdo pensar que sólo seis periodistas puedan crear esta situación. «Cuando Anson dice que se ponía en peligro la estabilidad del Estado es porque había más gente», dijo antes de sugerir a José María Aznar que promueva en el Congreso de los Diputados una comisión de investigación.

Horas antes, las revelaciones de Anson habían alterado notablemente el orden del día de la ejecutiva federal del PSOE, que dedicó buena parte a comentar la trama descubierta por el ex director de Abc, informa Anabel Díez. Manuel Chaves, presidente de la Junta de Andalucía, fue así de explícito: «Hubo una operación cuasi golpista para alterar las reglas del juego democrático. La operación se puso en marcha para beneficiar a alguien, y podemos pensar que detrás también estaba el PP, por lo que alguien de ese partido podría aclarar algo a los ciudadanos». A puerta cerrada, los reunidos mencionaron expresamente a Álvarez Cascos como una de las personas cercanas a la operación.

Unos y otros subrayaron, en todo caso, «la legimitidad del triunfo electoral del PP» en 1996 y convinieron en no cuestionar en absoluto el designio de los ciudadanos en las elecciones que dieron el triunfo a Aznar. El propio secretario general, Jozquín Almunia, se encargó de dejarlo claro desde Roma: «No es ése el tema. Las elecciones dieron los resultados que dieron. Yo no voy a pedir al presidente Aznar que modifique sus previsiones de calendario electoral por estas informaciones. Lo que sí pido a los ciudadanos es que ahora, con esta nueva información, juzguen cuáles han sido los comportamientos de unos y de otros en los últimos años».

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