lunes, 20 de julio de 2009

REFLEXIONES DE UN SOCIALISTA HISTORICO VII

Bueno, comienza con ésta entrada, la segunda entrega de las reflexiones de mi admirado Celso.

Aunque algunas de ellas son a posteriori de diversos acontecimientos,y como yo las paso a limpio en la medida que el tiempo me lo permite, puede parecer que queden obsoletas, pero no amigos, ni por asomo son reflexiones anticuadas, son ni más ni menos unas reflexiones que si las releemos de vez en cuando nos ayudarían a evitar seguir cometiendo los mismos errores con demasiada frecuencia.

Parece que con nosotros, o mejor dicho algunos, lo de que el hombre es el ser vivo que tropieza dos veces con la misma piedra, en verdad es un tópico, pues si sólo fueran dos veces, pero los tropezones son innumerables y de seguro que llegará el día que de continuar en ésta tónica, algunos ya ni tan siquiera sean capaces de levantarse, enderazarse y continuar por un camino libre de obstáculos.

Ojalá que algunos de vez en cuando, recuerden que hay escritas unas reflexiones y se dignen a leerlas bien leidas y aprenden la lección.

Yo por lo menos lo intento, pero ERRARE HUMANUM EST.

GRACIAS CELSO.


ANOTACIONES QUE A MI ENTENDER EXPLICAN LA APARICION DEL FASCISMO

Se hace necesariamente urgente un análisis de la sociedad como medio de determinar todos los elementos que configuran la fase fascista del sistema capitalista, máxime cuando la internacionalización del capital ha provocado la reproducción del modo de producción capitalista a nivel planetario.

El movimiento fascista aparece como reacción ante la caída del capitalismo liberal incapaz de seguir funcionando por cúmulo de contradicciones que crea su anómala dinámica.

La filosofía social del capitalismo liberal se asienta en la consagración del egoísmo y de la libertad individual como móviles productores del bien social.

Enfocando el sistema desde el punto de vista económico, las consecuencias del liberalismo serían: no debe haber intervenciones en las tendencias económicas de los ciudadanos, quedando relegada la intervención del Estado a todas aquéllas actividades no concurrentes con la esfera privada y tendentes a asegurar y favorecer el libre albedrío de los individuos.

En otras palabras, se maximiza el papel de la libertad individual y se minimiza el rol del Estado.

El mercado es la pieza fundamental sobre la que gira el capitalismo. La libre competencia produciría una eficaz asignación de los recursos productivos, que favorecería el crecimiento económico, pues el capital y el trabajo se desplazarían hacia los sectores de más alta productividad, ampliando definitivamente el espectro social y económico.

Sin embargo el libre juego del mecanismo de mercado y la libre competencia provocan el efecto contrario al bienestar colectivo e individual.

La sociedad se focaliza en dos puntos: en uno se agolpa el empobrecimiento colectivo, en el otro una minoría cada vez más poderosa que controla los medios de producción y concentra el capital. Ambos focos, proletariado y burguesía se enfrentan, es la historia.

Las categorías sociales de libertad, dignidad, propiedad..., se vacían de contenido y pasan a ser pantallas a cuyo socaire la explotación del proletariado se hace más acerada, más injusta.

Al fin, el capitalismo liberal se verá envuelto en una crisis estructural que pondría el punto y aparte a una época, naciendo otra en la que la barbarie fascista posibilitaría la venida del capitalismo monopolista del Estado.

El nexo de unión entre el fin del capitalismo liberal y el ascenso del fascismo es la crisis económica de reproducción que aparece por la dificultad que tiene la burguesía para cumplir la función de crear capital a partir del capital. El movimiento fascista es la opción que hace posible la restitución de las condiciones que salvan la crisis.

Fdo.

CELSO.

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