viernes, 14 de mayo de 2010

Era inevitable.

Después de los últimos acontecimientos, de tratar de digerir toda la información de diversos medios de comunicación, de ver en la blogosfera la cantidad de reacciones habidas e intuir las que probablemente habrá, se me hacía difícil cumplir con el compromiso de no hablar de política en ésta bitácora.

Reflexionando sobre los pros y los contras de romper un compromiso que me había hecho a mi mismo, el principal era morderse o no la lengua, y si optaba por callar y morderme la húmeda, representaba un riesgo para mi salud, por lo tanto era inevitable que optase por mandar al carajo al compromiso antes que el me mandase a mi.

Siendo consciente de que voy a ser repetitivo, de que puedo pecar de demagogia, o de que se me acuse de tener una calentura anormal y de estar pasando por un proceso febril agudo, no puedo dejar de plasmar en éste humilde rincón mis inquietudes y reflexiones.

El Atleti, fue el equipo de mi vida hasta que se cruzó en el camino el Super Dépor, y como nadie puede ignorar sus orígenes me senté a ver el partido, como se dice coloquialmente, después de conocer las medidas del Gobierno, no estaba muy católico, pero necesitaba distraerme y pensar que los colchoneros iban a alegrarme un poco el día.

Desconozco el protocolo, e ignoro si algún miembro del gobierno debe acompañar al Príncipe de Asturias en ciertos actos, pero la imagen de ver al Sr. Ministro de Industria celebrando alegremente el primer gol del Atleti, disfrutando como un cosaco después de lo que estaba cayendo, acabó de hundirme, y lo que para mi debería ser un exultante triunfo, se convirtió en una amarga victoria.

Repito que ignoro el protocolo, pero quizás debería ser otro miembro del gobierno con una cartera menos representativa el que allí estuviese, y no el responsable de una cartera clave en los tiempos que vivimos.

Otra reflexión que me hago, es ¿por qué se marcharon Pedro Solbes y Jordi Sevilla?.

No niego que las medidas de ajuste sean necesarias, pero ¿dos años sin verlas venir?.

Personalmente, creo que alguien ha confundido la vida real con aquella serie infantil que se llamaba “Los Mundos de Yupi”, y ha metido en el reparto a todos los ciudadanos que así se convertían inconscientemente en actores de la serie.

Más grave me parece que al día siguiente en dos medios de comunicación diferentes y con unos minutos de diferencia, dos Vicepresidentes hagan declaraciones contradictorias, y a lo largo del día surjan rectificaciones, esto ya ha pasado muchas veces, y la primera consecuencia es la falta de credibilidad que se transmite.

Esto también me transmite la impresión de que se está a la deriva y que difícilmente se puede recuperar el rumbo con la oficialidad que dirige el barco, y cuando la tripulación ve peligrar su integridad por la falta de capacidad de esa oficialidad, puede acabar amotinándose.

Si de esto he aprendido algo, la lección es que esta es un Democracia de pantomima, el poder no emana del pueblo, gobierne quien gobierne, quién realmente manda son los poderosos, nos contentan cada cierto tiempo con un caramelo y nos dan libertad para echar un sobre en una urna, una especie de tómbola.

Tampoco me convence que se diga a éstas alturas que es un gesto de valentía tomar estas medidas, hablando en plata, que no me toquen los huevos, ser valiente es tener los cojones suficientes para pararle los pies a toda esa casta que nos llevó a ésta situación y sacarles la máscara para que todo el mundo sepa cuales son las intenciones de cada uno.

No amigos, está claro que el pueblo liso y llano no mandamos una mierda, es posible que vengan tiempos mejores, pero si no se toman medidas radicales con los especuladores volveremos a caer en desgracia.

Quisiera equivocarme, pero tengo la sensación de que de ahora en adelante los fabricantes de ansiolíticos y antidepresivos, psicólogos y psiquiatras van tener que hacer horas extras para atender la gran demanda que se avecina, y que esos casos no acaben en lo peor.

Sigo siendo socialista, fiel a los principios, pero no puedo ser fiel a quien me cambia de discurso un día si y otro también.


FUERZA Y HONOR.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

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