jueves, 17 de septiembre de 2009

ME LO CONTARON EN ARGENTINA

En Argentina son famosos los chistes de gallegos, en su día hubo una polémica al respecto, y menuda gilipollez, si lo único que tienes que hacer es cambiar el topónimo y listo.

Es ni màs ni menos que aquí los chistes de Lepe, o sea que le das la vuelta a la tortilla y solucionado.

Yo cambiaba al gallego por un argentino y sin ningún tipo de problema, joder, si no hubiese sentido del humor, ésto sería un muermo.

Y reirse aunque sea de uno mismo, es muy sano, así que hala a leer y como dicen hoy a partirse la goma, aunque yo sigo prefiriendo el término "escojonarse", o más acorde con nuestra lengua "que carallada".


LA EXPERIENCIA
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El órgano de aviación Americano (U.S. Federal Aviation Administration), preparo una bellísima home page, infelizmente ya desactivada, describiendo uno de sus más ingeniosos dispositivos.

El mismo buscaba testear la resistencia del vidrio del parabrisas de aeronaves y consistía en una especie de cañón que disparaba un pollo muerto en dirección al vidrio del avión siendo testado.

El disparo era exacto y reproducía la velocidad con la cual el ave alcanzaría el avión en vuelo.

Teóricamente, si el parabrisa resistiese a la prueba de impacto de la carcasa, entonces ciertamente soportaría una colisión con un pájaro en un vuelo real.

En la práctica, el dispositivo funcionó perfectamente, con centenas de pruebas efectuadas en los EUA.

Estudiosos españoles, que estaban desarrollando una locomotora súper veloz, encontraron ese home page y se interesaron por el cañón de pollos, pensando en aplicar la idea a los parabrisas de su nuevo tren hi-tech en fase final de proyecto.

Entraron en contacto con la US-FAA, consiguieron un cañón prestado y procedieron a efectuar los tests.

Ya en el primer tiro, el pollo reventó el vidrio frontal del tren, quebró el panel de instrumentos, estropeó la silla del ingeniero, hirió dos técnicos y voló hasta el fondo de la locomotora, estrellándose en la pared trasera y dejando un profundo agujero en la chapa.

Los gallegos quedaron completamente perplejos con el sorprendente y violento resultado.

Documentaron la escena en detalle, produjeron fotos digitales, grabaron declaraciones de testigos oculares, elaboraron documentos técnicos y enviaron toda la información en un archivo "zip" a la US-FAA vía e-mail, preguntando que era lo que habían hecho mal.

Los técnicos americanos estudiaron cuidadosamente la documentación recibida y respondieron, en un e-mail seco y directo: "USEN POLLO DESCONGELADO".




FUERZA Y HONOR.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

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