Están tres ratas en un bar, una americana, una rusa y una de Bilbao.
La rata americana pide un whisky, se lo toma de un solo trago, estampa el vaso en la barra, mira a las otras dos ratas, y dice:
Cuando encuentro una trampa para ratas, salto encima del resorte, cojo el alambre del cepo que baja a toda leche con los dientes, lo muerdo 20 veces para afilarme la dentadura, destrozo la trampa, y me como el queso.
¡Coño! - Dicen las otras.
La rata rusa, mira a la yankee, pide un vodka, se lo bebe de un trago, rompe el vaso en un rincón, y dice:
Cuando encuentro una bolsa de veneno para ratas, me lo llevo a casa, lo pongo en el microondas (esto es una fantasmada porque todos sabemos que las ratas rusas no tienen microondas, pero en fin...), hago palomitas de maíz, y me lo como viendo una peli y bebiéndome una cerveza.
¡Joder! - Dicen las otras.
Acto seguido, ambas ratas se dan vuelta, y miran a la rata de Bilbao.
Ésta pide un txikito, toma un sorbito, le da una calada al pitillo, las mira, se bebe otro sorbito, deja el vaso, y dice:
Perdonarme, pero no puedo quedarme a contaros nada...
Tengo que ir a casa a follarme al gato...
No hay comentarios:
Publicar un comentario