miércoles, 24 de marzo de 2010

Menos filosofía y más propuestas.

Es una realidad que en los blogs en los que se hacen comentarios sobre política, estos son en una gran mayoría críticas.

Es pura filosofía y poca práctica y a veces simples divagaciones.

Claro que es muy fácil ponerse a escribir y hacer crítica sentado frente a un teclado y una pantalla, lo díficil es dar propuestas para solucionar los problemas que cada uno considera.

También puede tomarse como un acto de cobardía por parte de unos resentidos.

Pero yo creo que en su mayoría, los blogueros han sido personas que en su día pusieron sus propuestas encima de la mesa, pero fueron ignorados, los motivos del por qué lo fueron, solo lo saben los que los ignoraron.

Estoy convencido que estos críticos de la red mantienen en su cartera esas propuestas, seguramente mejoradas y enriquecidas por la experiencia y están a la espera de que vengan otros tiempos y surjan otros interlocutores que por lo menos muestren una disposción a escucharlas y tenerlas en cuenta.

Nadie es perfecto y todos nos equivocamos, pero todos tenemos el derecho a ser escuchados, si existen libertades, la de expresión con respeto es una de ellas, la práctica de enmudecer a los incómodos pertenece a tiempos pretéritos y es una actitud dictatorial incompatible con cualquier organización democrática, y aquellos que hacen uso de ese tipo de prácticas son unos dictadores en potencia, los principios de libertad, igualdad y fraternidad, sólo son válidos si favorecen sus intereses.

Ayer publiqué "Cosas que me gusta leer", y me siento bastante identificado con mucho de lo que allí se dice, y creo sinceramente que es necesaria una nueva revolución, refundación de la izquierda, volver a los principios que conformaron los movimientos obreros, la Socialdemocracia ya no es válida, está más cerca de los principios neocon que de los del verdadero Socialismo.

Yo en cierto modo estoy ejerciendo algo parecido a la Desobediencia Civil, y creo que lo mismo hacen muchos usuarios de la blogocosa, y motivos creo que los tengo, y principalmente cuando te sientes ignorado.

Quise titular este post CARTAS SIN RESPUESTA pero me decidí por el otro, y aquí os dejo una carta que no obtuvo respuesta:

En primer lugar, quiero pedir disculpas por mi anonimato, pero después de leer ésta carta supongo que lo entendereis, uno puede aguantar unos palos pero no una paliza.

Me dirijo a vosotros como candidatos a la Secretaría Provincial de la provincia a la cual pertenece la agrupación de la cual soy afiliado.

Hace más de seis meses, un pequeño grupo de personas, sin conocernos personalmente, nos unimos a través de la red para llevar a cabo una iniciativa que consiguiese hacer una realidad la participación activa de la militancia de base, recuperar la ilusión después de haber perdido las elecciones autonómicas y trabajar con fuerza para volver a recuperar la confianza de la ciudadanía y por consiguiente ganar cada vez más militantes.

El trabajo fue arduo, y el poco tiempo libre que teníamos se lo quitábamos a nuestras familias y a horas de sueño, porque día a día hay que luchar para mantener el puesto de trabajo, del cual dependen nuestras familias.

El trabajo tomó forma y se convirtió en una realidad.

He recibido vuestras cartas, y muchas de nuestras propuestas están recogidas en ellas, pero lo triste es que mientras a vosotros os aplauden, por lo mismo, a nosotros nos cayeron palos.

Los palos me dolieron mucho, pero más me ha dolido ver que por lo mismo a vosotros os aplauden, pero entiendo que sea así yo no soy nadie y vosotros sois alguien.

Estoy hablando por mi mismo y no por mis compañeros, a ellos ya le he comunicado que de momento ceso en toda mi actividad en lo que a la política se refiere, no dejo el partido, pero no voy a gastar más energía en aventuras inútiles.

Ni ellos ni yo buscamos ningún protagonismo, sólo aportar desde nuestra experiencia personal y profesional todo lo que pudiese beneficiar al partido, todos somos personas maduras, sin más aspiración que conseguir un futuro para nuestros hijos, pero por lo visto a algunos no les gusta que surjan iluminados.

Teneis por delante la enorme tarea que significa motivar e ilusionar a un gran colectivo de personas, en lo que a mi respecta, me es indiferente quien de los dos gane, quien debe ganar es el pueblo gallego.

Hoy por hoy ni estoy ilusionado ni motivado, pero ese es mi problema.

Os deseo suerte a ambos, y deseo de todo corazón que pase lo que pase, que gane quien gane, que el partido siga unido, que devolvais la ilusión a muchos, y reitero que gane Galicia.

Gracias por vuestra atención.


Y para finalizar también os dejo un post que leí no hace mucho:

EL DERECHO MÁS FUNDAMENTAL DE UN AFILIADO ES EL DE CRITICAR LAS ESTRATEGIAS DE SUS DIRIGENTES, HACIÉNDOLO CON LA MÁXIMA LIBERTAD Y SIN MIEDO A REPRESALIAS

Los partidos políticos en una democracia ayudan a articular e informar a la opinión pública de sus planes y propósitos. Los partidos políticos constituyen unidades organizativas a las que se les reconoce el derecho de participar en un proceso de elección política por medio de la presentación de candidatos y programas de acción o gobierno en el seno de los poderes legislativo y ejecutivo.

Una cosa es el discurso para la galería de los líderes de los partidos:
José Bono: "la lealtad no es subordinación, ni sumisión, ni jerarquía, ni agradar a quien nos nombra,.... sino ser personas que forman criterio de forma autónoma y honrada a través de la reflexión" (insisto, palabras textuales). Pues bien, pareciera que esto anima y fomenta la autocrítica, no comenzamos mal.

José María Barreda: "debemos de hablar claro entre nosotros, pues el día que no lo hagamos, tampoco nos entenderán los ciudadanos/as". Parece que bien continuamos.
José Luis Rodríguez Zapatero: "nunca debemos estar satisfechos ni autocomplacientes con nuestra acción de gobierno, porque ser de izquierdas es querer cambiar las cosas cada día para que los desfavorecidos tengan más derechos y los poderosos menos poder".

Pero a la hora de la verdad todo queda en nada: ni se fomenta, ni se considera, ni casi se permite la crítica constructiva ni en foros públicos ni en órganos internos de participación de los propios partidos:

Con demasiada frecuencia se han puesto en marcha políticas, tanto en el ámbito provincial, regional como nacional, sin que hayan sido consultadas las bases ni los concejales/as de nuestro partido, lo que implica importantes problemas de aplicación práctica. No se ha velado por el establecimiento de mecanismos internos y extemos de verdadera discusión (tanto previamente como a posteriori), que sirvieran para afinar las políticas que se decide a llevar a la práctica.

Por eso, algunos militantes de base pedímos dirigentes con profundas convicciones políticas, teniendo en cuenta:

La constitución de un verdadero equipo de trabajo por encima de las individualidades y protagonismos personales.

La participación de compañeros/as jóvenes junto a veteranos/as, compaginando rebeldía, crítica y experiencia.

Que las elecciones dentro de los Congresos, Comités y Comisiones Ejecutivas para determinar Diputados/as Provinciales, Regionales y Nacionales, Senadores/as, Delegados/as a Congresos de nuestro partido y otros puestos se hagan siempre con el sistema de listas abiertas mediante votación secreta en sobre cerrado con disponibilidad de cabinas de votación. De esta manera daríamos un impulso a la democracia interna de nuestro partido acercando la toma de decisiones a las bases, entrando en una nueva dinámica de negociación abierta (que nos exige diálogo y discusión razonada sobre las capacidades de las personas y la propia organización para lograr apoyos) frente a la imposición que supone la lista cerrada única que se viene utilizando en los últimos años (proclive a la designación mediante procedimientos más cercanos a la subordinación que a la libertad).

Sobre lo que realmente importa en política
"Cada loco con su tema, contra gustos no hay disputa". Si nos tomamos a pecho lo dicho, derivamos hacia el relativismo, esa forma de ser y estar que tanto agobia a ciertas jerarquías religiosas, pero que es fundamental para dos tareas. La importante: garantizar la libertad y pluralidad del pensamiento y la acción de las personas. La banal: polemizar y perder el tiempo con asuntos que en nada contribuyen a mejorar la vida de la mayoría de la gente.

- Ante el culto al líder,... la instrumentación de fórmulas que ayuden a construir una verdadera democracia participativa de alta intensidad, que supere y arrincone liderazgos personales en política, que derivan en cultos y pleitesías propios de épocas feudales.

El partido político que me gustaría

Quiero partidos políticos que nos sorprendan, que nos cuestionen, que nos provoquen...tanto para desenmascarar la sumisión de nosotros mismos como la de los demás. Que favorezcan la participación desde la libertad que sacude las conciencias, y no premie la obediencia ciega, el mirar hacia otro lado o en el mejor de los casos anime la huida. La provocación siempre es molesta. Por eso, quizás, demasiadas veces los partidos políticos intentan domesticar a sus militantes y simpatizantes, convirtiéndolos en apacibles reformadores.

Quiero partidos políticos radiantes, que más que enseñarnos, nos muestren una forma de ser y actuar, que nos inspiren y nos sugieran para transformar las estructuras de nuestra sociedad (este y no otro es el fin último de nuestra actividad política). No podemos inhibirnos o mirar hacia otro lado ante las actuales estructuras de poder que coartan o amenazan nuestra libertad, y esa será la mayor muestra de fidelidad a nuestro partido (aunque alguien hablará o interpretará esta actitud como disidencias insanas).

Quiero partidos políticos que nos hagan volver sobre lo que ya hacemos para mirarlo de manera nueva, a modo de relectura de nuestra propia acción. A veces sin tener una respuesta positiva que nos diga cómo construir, pero sabiendo que "NO", que así "NO". No somos una alternativa más, porque nuestra lucha está en este mundo por otro mundo que es posible. Quizás tengamos que volver a hacernos la pregunta de el por qué y para qué estamos en un partido político, aunque ello nos de miedo por lo que de provocativo tiene, porque quizás descubramos que no coinciden con los objetivos que en realidad estamos alcanzando. Día a día los partidos necesitan reavivar y celebrar la utopía que deja sus frutos en el presente, nunca nuestros intereses personales debieran estar por encima de la fidelidad a los para qués de este partido.

Nuestros compromisos con los partidos deberían ser para que no se cierren a la expectativa y la vigilancia. Trabajando con los pies bien en el suelo, pero esperando que algo nuevo vaya a suceder. Motivando a la espera, a la sorpresa. No toda la vida de nuestros pueblos está ya escrita y prevista. Hay que sacudir la falta de expectativas de buena esperanza que presiden las plataformas de nuestra sociedad. Sacudir las seguridades que tantas veces cierran toda expectativa. Y lo que es más importante: sacudir los miedos.

¿merece la pena seguir militando activamente en un partido político?

Nos encontramos ante un orden mundial que llamamos globalizado y que tenemos que describir con calificativos como injusto, polarizado en lo social, insensible al sufrimiento humano, egocéntrico, bélico y destructivo.

Muchas personas reflexionamos día a día sobre cuál es la plataforma comunitaria, asociación o colectivo más adecuado para dedicar nuestro esfuerzo en pos de llevar a cabo iniciativas que hagan de nuestro entorno local y global un lugar más agradable para la vida.

Y aunque sabemos que la tarea es ardua y que las cosas no cambian de la noche a la mañana, tampoco estamos dispuestos a perder energías en experiencias de participación ciudadana que en nada transforman nuestro mundo, es más, que incluso a veces ayudan a mantener y consolidar el statu quo existente.

Cada vez más se extiende el sentir de que organizaciones sociales históricas como partidos políticos y sindicatos, que en los últimos dos siglos han sido claves para la consecución de derechos sociales, económicos y políticos para todos, en los últimos tiempos se están convirtiendo en instrumentos al servicio de los verdaderos poderes fácticos (el gran capital transnacional que devora el mundo). La apatía de la gente por los acontecimientos políticos y comunitarios, así como la baja participación ciudadana en las elecciones se interpretan en esta clave.

Así, ante ello, caben dos posturas:

1) Seguir militando activamente en los partidos políticos pero incentivando, desde dentro y desde la base, cambios en su funcionamiento, que los hagan más democráticos internamente, preocupados de verdad por los grandes problemas de la humanidad (la pobreza, el deterioro ambiental, las guerras). Es decir, seguir en los partidos pero para impulsar alternativas radicales que puedan llegar a convertirse en mayoritarias en el seno de los mismos.

2) Salir de los partidos políticos (o seguir en ellos vegetando) porque entendamos que lo expuesto en el punto anterior es una quimera absoluta (ni siquiera una utopía), de ahí que lleguemos al convencimiento de que el otro mundo posible que queremos hay que construirlo desde otras plataformas de participación ciudadana distintas a los partidos.

Uno, que en los últimos tiempos ha meditado bastante sobre estas dos posibilidades, tiene argumentos para apoyar cualquiera de ellas. A continuación los voy a exponer brevemente.

HAY QUE SEGUIR

- A pesar de todo, podemos consolarnos con la creencia de que militando en partidos políticos hacemos lo correcto, tanto por la afinidad que podemos tener con sus principios ideológicos como por el conjunto humano que conforman sus hombres y mujeres.

- Porque debemos luchar por conseguir partidos políticos frescos, que nos sorprendan, que nos cuestionen, que nos provoquen...tanto para desenmascarar la sumisión de nosotros mismos como la de los demás. Que favorezcan la participación desde la libertad, que sacudan las conciencias, y no premien la obediencia ciega ni el mirar hacia otro lado. La provocación leal y sincera no debe ser molesta para nadie, y menos para dirigentes políticos de izquierdas. Los partidos no deberían trabajar para domesticar a sus militantes, simpatizantes y resto de la sociedad, sino para darles alas y todo el protagonismo que merecen, y que desgraciadamente ahora no tienen.

- Porque salir se me antoja cobarde. No es vano el esfuerzo que hacemos de trasladar nuestros puntos de vista a nuestro partido y de proponer alternativas de personas y de mecanismos de funcionamiento. De lo contrario, quienes ahora tienen el control orgánico del partido podrían creer que están haciendo las cosas correctamente por el mero hecho de que nadie internamente les critica nada: "El que calla otorga, o no tiene nada que ofrecer".

- En todo caso, seguir requiere organizarse en torno a alternativas para próximos procesos congresuales, aunque ello pusiera nerviosos a quienes dentro del organigrama del partido defienden y se benefician de la actual forma de hacer las cosas, acostumbrados en las elecciones orgánicas a candidaturas únicas.

- Porque hay que luchar por la utilización del sistema de listas abiertas para elecciones orgánicas y políticas. El sistema de votación y elaboración de listas que utiliza una formación política no es un fin en sí mismo, sino un instrumento que le debe ayudar a hacer más creíble su discurso hacia la sociedad y a reforzar su estructura interna. Así, si un partido es firme defensor de los valores democráticos e igualitarios, debería apostar por las listas abiertas que permiten una mayor representatividad de las candidaturas elegidas al evitar las listas monocolor y fortalecer aspectos fundamentales de una organización política como son el debate interno y la negociación entre iguales.

Hay que pasar de la obediencia ciega a los líderes del partido (que con frecuencia llega a convertirse en culto a la persona), a la lealtad absoluta a los principios del partido y a sus dirigentes, pero antes que a ellos, a sus bases.

HAY QUE SALIR

- Porque existe un férreo control interno en los partidos, a todos los niveles, que ahoga cualquier intento de cambio desde dentro, primando la autocomplacencia y los intereses personales. Hay dos principios de funcionamiento de los partidos que en mi opinión están detrás de su pobre espíritu crítico y abierto a la participación, que a su vez, hace que se alejen de sus bases y de la sociedad en la que están inmersos:

a) La utilización del sistema de listas cerradas para designar cargos orgánicos y políticos.

b) El nulo trabajo (absolutamente nulo) que hacen los partidos en lo que respecta a difundir en cercanía, en las agrupaciones y asociaciones de nuestros pueblos, las políticas que se están definiendo y poniendo en práctica en este país, provincia y región, así como para conocer de primera mano las preocupaciones de la gente.

- Porque cada vez más los partidos se apoyan descaradamente y/o son rehenes de los poderes fácticos (económicos, medios de comunicación), que a diferencia de los militantes y simpatizantes, exigen a cambio favores en forma de políticas públicas que les beneficien por acción u omisión.

- Porque en definitiva, en nuestro mundo ya no gobiernan los políticos y los partidos que los apoyan, sino los poderes económicos transnacionales. De ahí que seguir militando en partidos para intentar afectar el orden establecido en los niveles regional, nacional y mundial sea una auténtica equivocación. Otra cosa distinta es en el ámbito local, donde dependiendo de su estructura y talante, los partidos políticos pueden seguir siendo organizaciones muy válidas para canalizar las voluntades democráticas de las personas y plasmarlas luego en políticas públicas.

Cuando toca abrir nuevas veredas

Somos absolutamente afortunados cuando podemos elegir sin presiones, o por lo menos sin sucumbir a ellas, los caminos por los que transitar. Cuando a la vez que leemos y sentimos el libro de la vida aprendemos a ser libres, a pensar por cuenta propia, a tomar la mano de la gente para soñar y luchar por un mundo más justo allá donde nos toca estar.

Y en este ir, tan importante como no perder el horizonte de la utopia, es estar pendientes de la tierra que quedará bajo nuestros pies en el paso siguiente, por aquello que podamos destruir con nuestra huella. Porque no podemos alcanzar más justicia social y libertad si sellamos los labios de quienes quieren decir algo porque no queremos oír (ni que nadie oiga) palabras transparentes, tanto por el temor a que prendan en el alma de los demás como porque perturben estados de unánime y perversa autocomplacencia.

En paralelo, a la vez que reflexionamos y nos empinamos para atisbar mejor la propia ruta, tenemos que buscar los/as compañeros/as de viaje, para unirnos a ellos/as con lazos de compromiso y confianza. Sólo en grupo podemos fundir nuestras inquietudes y anhelos para crecer, para escuchar, para comentar y para gritar contra aquello que nos corta las alas y reduce nuestro horizonte, o lo que es lo mismo, contra aquello que congela y condena nuestras utopías.

Así, cuando constatamos que en las organizaciones donde participamos, el miedo, el deseo de agradar al poder o la obediencia indebida nos hacen callar y mirar para otro lado, es también el momento de abrir de par en par las ventanas de nuestro corazón para descubrir de entre las voces de la calle nuevos latidos de esperanza en los seres humanos.

Y a partir de ahí, salir de la misma manera que llegamos: sigilosamente. Eso sí, con los mejores recuerdos de todo lo acontecido, porque todo ha sido bueno, incluso aquello que desde el primer día nos encaminó al callejón del desánimo.

Pues eso, que es tiempo de abrir nuevas veredas.

Extraído de un comentario de Gegoro López Sanz/Movimiento Rural Cristiano de Albacete

Publicado por Xabier Pita Wonenburger o Xaneiro 13, 2010 11:30 AM


FUERZA Y HONOR.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

3 comentarios:

Ana Lopez Acosta dijo...

Logré entrar!!! Se me bloqueaba la pàgina, me haré asidua porque me ha gustado mucho tu enfoque. Pude acceder desde la entrada de hoy, si intento entrar por la dirección de la página se bloquea, espero que no te bloqueen la dirección intencionalmente... he leído que un blog amigo de ambos de Javier Caso Iglesias ha tenido problemas.
Un beso grande, gracias por darte a conocer y como te he respondido en mi entrada ¿Qué puede ser más interesante que un gallego rebelde?!
Un beso fuerte desde este lado del Atlántico.

Ana Lopez Acosta dijo...

Angus, no tengo modo de entrar por la dirección del blog,con la triple w o sin ellas. Entro directamente con la dirección de la entrada desde mi blog. Se cuelga en una página cuyo nombre te copio: i2.ytimg.com. Te pego un enlace de google sobre el tema.
http://groups.google.com/group/blogger-help-troubleshoot/browse_thread/thread/4ce91a07f394ea89.
Espero te sirva.

"..Con la frente marchita cantaba Gardel y entre citas de Borges, Evita bailaba con Freud, ya llovió desde aquel chaparrón hasta hoy..."

Un beso fuerte.

celso dijo...

un saludo y no dejes de ser socialista corren tiempos en que hay que seguir siendo a nuestros principios y nuestros valores y seguir luchando por conseguir un mundo más justo y solidario y defender los derechos humanos de todas las personas. un saludo compañero