jueves, 8 de julio de 2010

Perfeccionando el vocabulario.

Riqueza del idioma

Un ejemplo de la riqueza del castellano es el número de acepciones de una simple palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada, que hace referencia a los atributos masculinos: cojones.

Si va acompañado de un numeral tiene significados distintos, según el número utilizado.

Así, uno significa caro o costoso (valía un cojón), dos significa valentía (tiene dos cojones), tres significa desprecio (me importa tres cojones), un número muy grande y par significa dificultad (lograrlo me costó mil pares de cojones).

El verbo cambia el significado. Tener indica valentía (aquella persona tiene cojones), aunque en admiración puede indicar sorpresa (¡tiene cojones!); poner expresa un reto, especialmente si se pone en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa). Se los utiliza para apostar (me corto los cojones) o para amenazar (te corto los cojones).

El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así, el presente indica molestia o hastío (me toca los cojones), el reflexivo significa vagancia (se toca los cojones), pero el imperativo significa sorpresa (¡tócate los cojones!).

Los prefijos y sufijos modulan su significado: a expresa miedo (acojonado), des- significa reírse (descojonarse), -udo indica perfección (cojonudo), pero -azo se refiere a la indolencia o abulia (cojonazos)

Las preposiciones matizan la expresión: de significa éxito (me salió de cojones) o cantidad (hacia un frío de cojones), por expresa voluntariedad (lo haré por cojones), hasta expresa el límite de aguante (estoy hasta los cojones), pero con indica valor (era un hombre con cojones) y sin la cobardía (era un hombre sin cojones).

El color, la forma o la simple tersura o tamaño aportan significado. El color violeta expresa frío (se me quedaron los cojones morados), la forma , el cansancio (tenía los cojones cuadrados), pero el desgaste implica experiencia (tenía los cojones pelados de repetirlo). Son importantes el tamaño y la posición (tenía los cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay un tamaño máximo que no puede superarse (tiene los cojones como el caballo del Cid -hace referencia a una estatua ecuestre del Cid en Sevilla), porqué entonces indica torpeza o vagancia (le cuelgan, se los pisa, se sienta sobre ellos e incluso necesita una carretilla para llevarlos)

La interjección (¡cojones!) significa sorpresa, y cuando uno se halla perplejo los solicita (¡manda cojones!).

En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las ordenes (me sale de los cojones).

En resumen, será difícil encontrar una palabra en castellano o en otros idiomas con mayor número de acepciones.

PD: El último párrafo es del todo incorrecto, pues existe otra palabra y en otro idioma, si cabe todavía más versátil, intentaremos dedicarle otra entrada algún día, me refiero a una palabra en el dulce idioma gallego, palabra que al igual que el idioma también es muy dulce y expresiva: O carallo, palabra que incluso tiene una gradación llegando hasta el número 29 (pronunciado vintenove).


FUERZA Y HONOR.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

DE LIBRO!!!
AUN NO EDITADO,CLARO!!!
AUNQ PENSANDOLO BIEN PODRIAS COMENZAR A ESCRIBIRLO!!!
VENDRIA DE COJONES!!!

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!!!

Angus dijo...

Pues estoy buceando en la red, para preparar otro que seguro que me queda de carallo.

FUERZA Y HONOR.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.