sábado, 28 de agosto de 2010

Fantasías.

El otro día leí en una revista que una de las fantasías sexuales más comunes entre las mujeres es hacer el amor de forma salvaje.

Llegar a casa... que esté tu marido preparando la cena... - bueno, esto por sí
solo ya sería una fantasía-, acercarte por detrás, arrancarle el delantal y
hacerlo en la mesa de la cocina.

Como en la peli esa de "El cartero siempre llama dos veces..." Que, por cierto, con la que tenían allí montada, no me extraña que el tío tuviera que llamar dos veces, ¡y quince!

¿Pero ustedes se imaginan esto en la vida real? Con las piernas colgando, clavándote un tenedor en la nuca, y desollándote la rabadilla con el rallador del pan, y encima, el cartero, venga a llamar:

¡Piiii, correos! ¡Piiii, correos!

Que es para decirle:

¡En eso estamos, pero no nos dejas!

Estas cosas nos pasan por intentar copiar lo que vemos en las películas.

Por ejemplo, la típica fantasía de mezclar sexo y comida, como en "Nueve semanas y media", con las fresas, el melocotón en almíbar...

Vamos a ver:

¿qué es lo que tiene de sexy hacer macedonia encima de tu pareja?

Porque el almíbar tiene una característica muy poco erótica: a los tres minutos se seca ... y se queda como el Loctite.

Claro, en la película cortan, pero a ti te toca irte a la ducha con la cabeza pegada a sus
pelillos del pecho, con el culo en pompa y caminando hacia atrás ... que pareceis dos siameses.

Él: - ¡Aaaaah, aaaaaah, aaaaah,....!

Y tú: - Pero, Paco, ¿cómo te puede excitar esto, tío?

Otra fantasía muy típica es grabarse en vídeo.

A mí me comentó una amiga que lo había hecho, y que daba mucho morbo. Así que lo probé: es super erótico.... hasta que te ves ...

El te pone la cinta todo emocionado, y cuando ves dos cuerpos abrazados... ¡gordos!, dices:

Paco, te has equivocado de cinta, eso es un combate de sumo.

No cariño, somos nosotros, es que la cámara engorda.

¿Que engorda? ¿Y la mesilla de noche por qué no engorda?

Otro clásico de las fantasías es hacer el amor en un sitio público.

Por ejemplo, en un ascensor. ¿Lo han probado?

Aquello se mueve más que la madre de Marco. Y para colmo los vecinos no cooperan nada; tú todavía estás en los preliminares y ellos ya superexcitados:

¡¡¡¡Ascensoooooor!!!!

Y luego está la fantasía favorita de los tíos: montar un trío con dos tìas.

Aquí lo que más gracia me hace es cómo intentan proponértelo...

Te van dejando pistas, con esa sutileza que ellos tienen:

- Oye, ¿a ti te gustan los tres tenores?

- Si.

- ¿Y los tres cerditos?

- Sííí

- ¿Y las tres carabelas?

- Paco, ya está bien. ¿Qué quieres?

- Yo nada... Oye... Esta cama es muy grande. ¿No? Y tu amiga Loli, muy
liberal...

Y aquí ya le dices:

-Paco, yo me conformo con cualquier cosa, pero a mi amiga Loli le gustan los hombres.

¿Es que es verdad! Si con una sola no pueden, ¿para qué querrán a dos?

Como no sea para fumarse después dos cigarros...

Pero la muestra mas clara de que las fantasías nunca deberían llevarse cabo es cuando intentas hacer el amor en la bañera: aquí la fantasía es conseguir hacerlo sin romperte nada.

Para empezar... erótico no es.

El se mete, y se queda encajado en la bañera, con las rodillas en las orejas, y el periscopio intentando asomarse. Y va el cachondo y te dice:

-¡Venga, métete!

Y claro, como él ha cogido el mejor sitio, a tí te toca poner el culo encima del tapón y que te dé el grifo en la nuca.

Y entonces empieza a moverse todo apasionado. ¡Y se monta allí una marejada...! ¡Chaf, chaf, chaf...!

Aquello parece "La tormenta perfecta"... Lo malo es que el que está en la bañera no es George Clooney, es el capitán Pescanova.

Entonces te dice:

- Vamos a probar otra postura; ponte tú encima, en ese momento se sale el tapón y el desagüe te hace ventosa...

Y piensas..."este tío ha organizado un trío sin avisarme". Y cuando te das cuenta
de que es el tapón le dices:

- ¡Que se sale el agua, que se sale el agua!

Y el: - No te muevas, busca el tapón...

Tú, tanteando, agarras lo primero que encuentras...

Y él grita:

- ¡Eso no es el tapón! ¿No ves que hay dos?

En ese momento, ya solo se te ocurre una solución:

- Cariño, ¿por qué no nos vamos a la cama?.... Pero a dormir ¿eh? ¡Que estoy agotada!

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