domingo, 20 de junio de 2010

Incoherencias coherentes.

Decirle a una persona que no haga lo que uno mismo ha hecho unos días atrás puede parecer una incoherencia, y si al mismo tiempo la persona es amiga, la incongruencia es total, aunque bien meditado es posible que tenga un razonamiento lógico y por lo tanto de la incoherencia e incongruencia iniciales, se pase a considerar el hecho como coherente y congruente.

Los que hemos tenido hijos, e incluso nietos, nos hemos cansado de repetir hasta la saciedad a los niños lo de esto no se hace, esto no es así, y cuantas veces nos hemos desesperado al ver que esos inocentes renacuajos hacían todo lo contrario, esperaban a quedar libres de nuestra vigilante mirada para llevarnos la contraria, lo cual traía como consecuencia algún que otro ataque de ira adulta, y nos devolvía a la memoria el nombre de Herodes, y no precisamente para criticarle por la matanza de los Santos Inocentes, cuantos no habrán usado sus labios y cuerdas vocales para pronunciar un “Viva Herodes” salido de lo más profundo de su alma, también es posible que algunos lo critiquen por no haber hecho bien su trabajo y dejar cabos sueltos y que por culpa suya nos vemos en la insoportable situación de aguantar las cafradas de esos locos bajitos.

Pero si somos honrados con nosotros mismos, debemos reconocer que esas mismas situaciones las vivimos cuando éramos unos críos, y nuestros mayores hicieron con nosotros lo mismo que ahora nosotros hacemos con nuestros vástagos, la historia se repite una y otra vez, y algo que es innato del ser humano es inevitable que se repita.

Ahora bien, aunque los hechos vuelvan a repetirse, la escala de gravedad de sus efectos puede reducirse con buen plan de prevención basado en las experiencias acumuladas a lo largo del tiempo. De ello también depende el nivel de vigilancia que los padres tengan sobre sus hijos, unos están más pendientes que otros de sus actividades y de la evolución de su educación.

Se puede tener un buen plan de prevención, pero para que este funcione existe otro factor muy importante, sin el cual ninguna medida preventiva tendrá éxito, ese factor se llama diligencia (cuidado y actividad en ejecutar algo).
Lo contrario de la diligencia es la pereza (negligencia, tedio o descuido en las cosas a que estamos obligados).

Si los responsables (obligados a responder de algo o por alguien), de cualquier plan se olvidan de la diligencia y se dejan llevar por la pereza, su actitud puede desembocar en efectos muy perjudiciales para la sociedad de la que forman parte.

Existen sociedades cerradas y opacas, que no permiten movimientos críticos en contra de sus responsables que al mismo tiempo forman un círculo de poder que no quieren abandonar ya que tienen el temor de no ser nadie fuera del mismo, esa actitud por lo general conlleva a la degeneración de esa sociedad que los mantiene en la cúpula, los responsables no son conscientes de que si están ahí arriba es porque la base de esa sociedad, los socios, así lo ha querido, considerando que eran los más adecuados para velar por los intereses de la misma, posiblemente más que la inconsciencia sea el olvido del motivo para el cual fueron elegidos, en cierto modo se convierten en pequeñas dictaduras disfrazadas de un pequeño velo democrático.

A veces es necesario que algunos dejen de ser socios de esa sociedad, lo cual no implica que hayan dejado de compartir los principios de la misma, sino todo lo contrario, salir reforzados para continuar trabajando por la consecución de esos principios, aunque no lo demuestren, es lo que más les duele a esos responsables, que las bases que los han aupado se debiliten, y no pueden hacer nada en contra de ellos porque están fuera, ya no pueden ejercer ningún tipo de autoridad sobre ellos, y los que se han ido renovarán las energías de aquellos que se quedaron y que son necesarios para afrontar el cambio que la sociedad necesita, físicamente ya no están, espiritualmente si, el cuerpo muere, el alma pervive.

Si hacemos un símil futbolístico, hemos visto que buenos jugadores, con una trayectoria indiscutible, al ser fichados por otros equipos de renombre, no han rendido, y una vez traspasados a otros equipos, han vuelto a ser los buenos jugadores que en su día fueron los que motivaron su fichaje, desde una pequeña perspectiva, se puede decir que un equipo a perdido un buen jugador y otro lo ha ganado, desde una perspectiva más amplia, quién realmente a ganado a sido el fútbol y los espectadores, que han recuperado un aliciente para el espectáculo.

El equipo que ha perdido a ese jugador, sigue manteniendo en su filas a otros buenos jugadores, pero no funciona igual, sigue sin acabar de conseguir los resultados que les lleven a realizar sus objetivos, si el equipo en sí mismo es bueno, habrá que profundizar en las causas que provocan la falta de desarrollo de un buen juego, es entonces, cuando posiblemente nos demos cuenta que el verdadero problema está en el entorno del equipo, llámese cuerpo técnico, directiva, etc., no son los jugadores los culpables del fracaso, son otros, se toma la decisión de cambiar de entrenador, se maquilla con propaganda, pero los resultados no llegan, se vuelven a hacer nuevos fichajes, se cambia una y otra vez de entrenador y los resultados siguen sin llegar, el problema está más arriba, pero los de arriba no dan su brazo a torcer, ellos están por encima del bien y del mal, son infalibles, no están ahí arriba por causas terrenales, están por designio divino, ¿cómo pueden estar equivocados?, es totalmente imposible, está fuera de toda lógica.

Así viven unos cuantos encumbrados, atrincherados en sus torres, olvidando por completo como llegaron ahí arriba, sumidos en un profundo sueño alejados de toda realidad, quitaos las legañas y contemplad vuestra obra, la afición se rebela, si esa misma que os ha alzado, esa misma que depositó su confianza en vosotros, esa misma que ya no os quiere, esa misma a la que habéis defraudado, esa afición es la que os está pidiendo que cambiéis u os marchéis, ya no soporta vuestras actitudes, bajaros de la nube y volved a poner los pies en el suelo, de lo contrario esa tormenta que habéis provocado traerá una tromba que os llevará por delante, como humanos habéis errado, rectificad pues como sabios si queda algo de inteligencia en vuestras mentes.

Hace pocos días tomé la decisión de abandonar una sociedad, una sociedad con muchas sucursales, en las cuales hay compañeros preparados para coger el relevo cuando los que la dirigen actualmente ya no estén, en mi sucursal no puedo hacer nada, pero desde fuera si puedo ayudar mucho a los de las otras, considero que mi figura está llamada a trabajar desde fuera para que los de dentro consigan sus objetivos.

Es posible que algún día, al igual que el hijo pródigo regrese, pero antes de que eso suceda muchas cosas tienen que cambiar, es posible que algún día retorne, es posible que algún día surja un efecto motivador que nos conduzca a estar unidos y a bailar todos la misma canción.







FUERZA Y HONOR.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE.

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