La noche del 31 de octubre se celebra la noche de muertos, llamada hoy Halloween, Pero no siempre se ha llamado así, En realidad el nombre original de esta celebración es SAMAIN o SAMHAIN, que es la celebración del año nuevo Celta.
El año celta se organizaba en cuatro estaciones que tenían su inicio en las siguientes fechas:
1 de Noviembre, la entrada del invierno, el SAMAÍN o SAMHAIN.
1 de Febrero, el IMBOLC, aunque su significado varía de unas fuentes a otras.
1 de Mayo, el comienzo del verano o BELTAÍN.
1 de Agosto, la cosecha de los frutos o LUGNASAD.
Centrándonos en el Samaín, la noche del 31 de Octubre al 1 de Noviembre se celebraba el Año Nuevo celta (en la Isla de Man se sigue celebrando), en cuanto a su valor temporal, marca la transición de otoño a invierno, pero también tiene una parte mística, se trata de la noche en la que se juntan el mundo de los vivos y el de los fallecidos, ya que éstos tendrían permiso para reunirse con sus familias y calentarse en la hoguera hecha con ramas de serbal y tejo. También era costumbre vaciar un nabo y alumbrarlo (desde que se descubrió América, empezó a utilizarse la calabaza por su forma y la facilidad para vaciarla).
En la actualidad: durante mucho tiempo se perdió la tradición del Samaín pero parece que estos últimos años está recuperándose. Pues fue Halloween la fiesta que partió del Samaín celta y no al revés.
Para quien no conozca el origen de esta tradición tan extendida en el espacio y en el tiempo:
La “Leyenda de la calabaza”
Hace muchos, muchos años, un tacaño y pendenciero irlandés, llamado Jack, tuvo la mala fortuna de encontrarse con el diablo en una taberna, en la Noche de Brujas. Jack, conocido borracho, había bebido mucho pero pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago. El diablo se transformó en una moneda para pagarle al camarero, pero Jack rápidamente lo tomó y lo puso en su monedero. Como Jack tenía una cruz en su monedero, el diablo no pudo volver a su forma original. Jack no dejaría ir al diablo hasta que le prometiera no pedirle su alma en 10 años. El diablo no tuvo más remedio que concederle a Jack su reclamación.
Diez años más tarde, Jack se reunió con el diablo en el campo. El diablo iba preparado para llevarse el alma de Jack, pero Jack pensó muy rápido y dijo: "Iré de buena gana, pero antes de hacerlo, ¿me traerías la manzana que está en ese árbol por favor?". El diablo pensó que no tenía nada qué perder, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes que el diablo se diese cuenta, Jack ya había tallado rápidamente una cruz en el tronco del árbol. Entonces el diablo no pudo bajar. Jack le obligó al diablo a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. Al diablo no le quedó más remedio que aceptar.
Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar al cielo, pues durante su vida había sido un golfo, borracho y un estafador. Pero cuando intentó entrar, por lo menos, en el espantoso infierno, el diablo tuvo que enviarlo de vuelta, pues no podía tomar su alma (lo había prometido). "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste". El camino de regreso era oscuro y el terrible viento no le dejaba ver nada.. El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido directamente del infierno, para que se guiara en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que iba comiendo, para que no se apagara con el viento.
Jack estaba condenado a vagar en las tinieblas eternamente...
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